Contamos con la presencia de un Doctor en Historia del Deporte, especializado en gladiatura, cuya tesis doctoral se convirtió en uno de los libros más vendidos sobre el tema: Gladiadores: el gran espectáculo de Roma. Hablamos hoy con Alfonso Mañas.

Hola Alfonso. La primera pregunta es una fija de la sección: ¿Cómo surgió tu interés por la gladiatura?

Desde pequeño me gustaba el mundo romano, y por Reyes mis padres me regalaban Airgamboys de romanos, que incluían gladiadores, que estaban bastante bien hechos, con sus cascos, manicas, grebas, tridentes, redes… También influyó la serie ´Los últimos días de Pompeya’, una producción americana de principios de los años 80 que tenía como uno de sus protagonistas a un gladiador, y también la película ‘Espartaco’, de Kirk Douglas. Recuerdo verlas en televisión de pequeño, y me gustaban mucho, hasta el punto de que pasaba el día dibujando gladiadores, haciendo combates con mis Airgamboys y fabricándome espadas y escudos de madera para luchar.

Después ya de mayor la película ‘Gladiator’, de Ridley Scott, reavivó mi interés por el tema.

Luego, en 2006, estudiando segundo de INEF, en la asignatura Historia del Deporte, impartida por Juan Rodríguez, al dar el tema del deporte en Roma, se hablaba de los gladiadores, y eso despertó mi interés por investigar en el tema. Así, en cuarto de INEF (2008) solicité una beca de iniciación a la investigación a la Universidad de Granada, la cual me concedieron, y así elaboré mi primer trabajo sobre gladiatura (dirigido por Juan Rodríguez), trabajo que sería la base de mi tesina y de mi tesis.

Sé por tu biografía, y porque lo hemos hablado en anteriores ocasiones, que tu etapa de investigación tuvo un período en Roma, en la universidad de La Sapienza ¿Como fue la experiencia de investigar en la cuna del mundo romano?

Desde pequeño, cuando jugaba con mis Airgamboys gladiadores, quería ir a ver el Coliseo, y ya de más mayor, cuando estudié Filología Inglesa (1998-2003), como sabía que algún día iría a Roma, cogí como segundo idioma Italiano. La oportunidad llegó finalmente cuando estaba haciendo la tesis (2008-2010), pues al ser una tesis con mención europea tenía que realizar obligatoriamente una estancia de tres meses investigando en una universidad extranjera. Yo pedí la mención voluntariamente, para poder ir así a Roma (y a Pompeya), y poder realizar correctamente mi investigación. Necesitaba investigar en el Coliseo, en el anfiteatro de Pompeya, y en los museos de esas ciudades, estudiando las evidencias que se conservan en ellos de los gladiadores. Pude también acceder a las bibliotecas de Roma y de la Universidad La Sapienza, y conocer a muchos de los investigadores que trabajan allí, especialmente a Gian Luca Gregori, el mayor experto mundial en epigrafía gladiatoria.

En mi tesis yo quería abordar la gladiatura desde una perspectiva global, explicando por qué es el origen del deporte espectáculo de masas, para lo que necesitaba investigar todo lo relacionado con la gladiatura. Hay que ir a Roma, ver el Coliseo y su entorno, con el Ludus Magnus al lado, y con el Circo Máximo a solo diez minutos andando. Entiendes entonces que todo aquello era una especie de ciudad deportiva. Hay que ir al sitio en cuestión y pateárselo, vivirlo, si no no puedes entenderlo como lo entendían ellos, y sin eso no puedes realizar una descripción correcta en tu investigación. 

La experiencia fue fantástica. Nunca olvidaré la primera vez que vi el Coliseo, fue la primera cosa que hice al llegar a Roma, buscarlo: salí de la estación Termini y me tiré por las calles de Roma, sin mapa ni guías, con la emoción de no saber al entrar en qué calle o al doblar qué esquina me lo encontraría. De pronto, al embocar una calle muy larga, vi al final de la misma la parte superior de un edificio, un ático de bloques de piedra, que apenas sobresalía sobre el asfalto de la calle al final de la misma. Al principio no estaba seguro de si era el Coliseo, o la parte superior de otro edificio, pero conforme descendía la calle el edificio fue alzándose en el horizonte, y bajo la parte superior fue apareciendo una fila de arcadas. Recordé entonces que el Coliseo está en un valle, y comprendí que no debía sorprenderme por tanto por encontrármelo ‘abajo’ al final de una calle, que descendía hasta ese valle. Y entonces, cuando entendí que lo que tenía ante mí era el Coliseo, mi yo de niño, ese niño que jugaba a combates de gladiadores con sus Airgamboys y que se hacía espadas y escudos de madera, me dio las gracias. Fue un momento muy bonito… uno de los muchos de ese primer día.

Imagino que mientras escribías tu tesis y posterior libro, cada vez te sumergirías más en un mundo desconocido y descubrirías nuevas cosas. ¿Qué fue lo que más llamó tu atención?


Es una pregunta difícil de contestar, porque la gladiatura es un mundo en sí misma, hay muchos subtemas, o áreas de estudio, como los tipos de gladiadores, sus técnicas de combate, el entrenamiento, la nutrición, la historia y evolución del espectáculo, etc. Por ejemplo, si te centras en los anfiteatros, eso solo ya tiene un montón de áreas de estudio, desde su origen y evolución hasta su arquitectura, pasando por la identificación de los anfiteatros existentes. Es decir, la gladiatura es una ciencia en sí misma, con muchas áreas de estudio, no sabría decidirme, pues a lo largo de los años me he ido apasionando por todas y cada una de ellas.

¿Qué tienen en común la gladiatura del siglo I y la del XXI?

Bueno, son tan parecidas que acabo antes contestándote en qué no se parecen, pues realmente solo existe una diferencia, que es obviamente la imposibilidad de matar al vencido, como ocurría entonces, aunque no siempre, pues recordemos que entonces solían celebrar lusiones (combates con armas romas), una modalidad de gladiatura en la que no moría el vencido (Marco Aurelio, por ejemplo, daba lusiones siempre que podía, en lugar de combate real).

Dado que hoy se lucha con armas romas, podemos decir que hoy ofrecemos lusiones, exactamente el mismo espectáculo que ya se ofrecía entonces en esa modalidad de la gladiatura.

Aparte de la ausencia de muerte, no hay ningún otro elemento de la gladiatura de entonces que la diferencie de la de hoy, pues todos los otros elementos que se daban entonces se dan –o pueden darse perfectamente- en la gladiatura de hoy, en las recreaciones actuales: hay árbitros, premios, los gladiadores entrenan, pertenecen a un ludus, usan equipo y armas como las de entonces, usan las técnicas de combate de entonces, etc. hablando siempre claro de los grupos de recreación más rigurosos.

Igualmente, hoy como entonces, asisten espectadores, es un espectáculo desacralizado (no es un espectáculo religioso), y en algunos casos los combates se realizan en los mismos anfiteatros que entonces.

¿Es un deporte la gladiatura?

Sí, era un deporte entonces y es un deporte ahora. Como he explicado recientemente en el documental ‘Gladiadores’i y en la entrevista radiofónica realizada por el Ciudadano García en el programa ‘Mitos del deporte’ii, la gladiatura romana poseía todos los requisitos que definen un deporte: es un entretenimiento, hay reglas, árbitros para hacerlas cumplir, entrenamiento, espectadores, afán por vencer, premios, etc. Todos esos elementos se daban entonces y se dan ahora, por lo que la gladiatura era un deporte entonces y lo sigue siendo ahora, cumple todos los requisitos definitorios de deporte.

¿Qué opinión te merece el panorama actual de la divulgación de la gladiatura?


Estamos mejor que nunca, tanto a nivel mundial como en España, y tanto en lo que se refiere a la investigación como a la recreación, como no puede ser de otra manera, pues ambas van de la mano (sin investigación de calidad no puede haber recreación de calidad, y sin recreación no puede haber investigación de calidad).

Hablaré primero a nivel mundial

Centrándome en la investigación, estamos pasando por el mejor momento, pues veníamos de una época en la que no había nada, pues antes del año 2000 no existía realmente investigación gladiatoria (en lo que se refiere a tipos de gladiadores y sus técnicas de combate). En 2000 Junkelmann publica su libro, en el que por primera vez se describen correctamente los tipos gladiatorios, naciendo así la investigación gladiatoria moderna.

En lo que se refiere a recreación hay que decir lo mismo, pues a partir prácticamente del año 2000 comenzaron a aparecer grupos de gran nivel por los principales países de Europa (Italia, Alemania, Francia).

Centrándome en España, la situación es especialmente buena, diría que estamos viviendo la Edad de Oro de la gladiatura en este país. En lo que se refiere a la investigación, de 2010 para acá los investigadores españoles estamos publicando artículos en revistas de impacto mundial, con gran repercusión en los medios internacionales, y estamos también publicando libros de ensayo en editoriales de prestigio, con gran éxito entre la población. Nada de eso había ocurrido antes, por lo que tenemos que felicitarnos.

Antes de 2010 todo lo que había de gladiatura (tipologías y técnicas de combate) publicado por autores españoles era bastante deficiente, pero esto era en cierto modo normal porque tanto aquí como fuera de España ya hemos dicho que hasta el año 2000 no hubo un conocimiento correcto de la gladiatura, especialmente de los tipos gladiatorios. Evidentemente llevábamos un retraso con respecto al resto de Europa (especialmente Alemania y Francia). El mayor ejemplo de ese retraso es que para el año 2010 los dos artículos de gladiatura más significativos, de autores españoles, seguían siendo el de Blanco Freijeiro (1950, ‘Mosaicos romanos con escenas de circo y anfiteatro…’) y el de Blázquez (1958, ‘Representaciones de gladiadores en el museo Arqueológico Nacional’), que estaban completamente obsoletos para esa fecha (2010), no por estar escritos en los años cincuenta, sino porque no identifican correctamente ninguno de los tipos gladiatorios que citan (salvo el retiarius, imposible de confundir).

Afortunadamente eso se superó con las publicaciones de 2010 para acá, y hoy identificamos correctamente casi todos los tipos gladiatorios, aunque aún existe un problema, y es lograr que los resultados de la investigación lleguen a todos los ámbitos que divulgan la gladiatura (museos, recreadores, etc.), pues algunos se resisten (de manera incomprensible). Un ejemplo claro de esto es el Museo Arqueológico Nacional, que a día de hoy aún describe el famoso mosaico de Symmachius, en el cartel que lo acompaña y en la web del museo, como combate de “murmillones”,iii simplemente porque esa fue la identificación (errónea) que hizo Blanco Freijeiro en su artículo. Se ha indicado varias veces a los responsables del museo que eso es un error, señalándoles el tipo gladiatorio correcto, pero se resisten a corregir el texto del cartel y de la web (lo cual sería importante, pues están extendiendo ese error entre los visitantes del mosaico en el museo).

No obstante, en divulgación en medios estamos mejor que nunca, y este 2020, justo la semana pasada (17 y 21 de junio) se emitió por La 2 de TVE el documental ‘Gladiadores’, de Arqueomanía, el primer documental sobre gladiatura producido en España, lo cual ha sido todo un hito, y ha tenido un impacto tremendo en la divulgación y difusión de la gladiatura en este país, llegando a cientos de miles de espectadores.

Igualmente, de 2010 para acá las emisoras de radio españolas están emitiendo con cierta regularidad programas y entrevistas con expertos en gladiatura, contribuyendo así mucho a su divulgación.

En 2020 también ha nacido este proyecto, Lucius Spiculus Divulgación, probablemente la iniciativa más interesante en lo que se refiere a divulgación de la gladiatura en este país, cosa que hay que agradecerte Javier.

En lo que se refiere a la recreación, también estamos mejor que nunca en España, pues nunca antes ha habido tantos grupos de recreación gladiatoria en este país, la mayoría de ellos de buen nivel, si bien se echa de menos la existencia de un grupo de primerísimo nivel, que pueda equipararse al de Junkelmann en Alemania, al de Battaglia en Italia o al de Brice en Francia. Es de esperar que surja en los próximos años, como efecto natural de la competencia entre los muchos grupos actualmente existentes.

Como pregunta de cierre, también marca de la casa ¿Qué echas en falta actualmente en la gladiatura? Si pudieras pedir un deseo en torno a la gladiatura ¿cuál sería?

Desearía un ‘Gladiator 2’, porque la película del 2000 fue un impulso enorme a la gladiatura. Aunque Battaglia y Junkelmann ya habían empezado unos años antes sus investigaciones experimentales en gladiatura (en 1996 y 1997 respectivamente), la película de Ridley Scott lo cambió todo, haciendo que el grueso de la población se interesase por los gladiadores. El fenómeno que desató fue impresionante, dando un impulso inigualable a todo lo relacionado con la gladiatura (investigación, divulgación, recreación, exposiciones, museos, libros, películas, documentales, etc.). El efecto ‘Gladiator’ duró hasta mediados de la década pasada (2010), pues fue continuado por series como ‘Roma’ (HBO, 2005-2007) y ‘Spartacus’ (Starz, 2010-2013).

Matizar que cuando digo que deseo un ‘Gladiator 2’ no me refiero necesariamente a la segunda parte de la película de 2000 (secuela de la que se habla a menudo pero que por lo que se rumorea de su argumento no parece que vaya a tener mucho éxito, si es que alguna vez llega a rodarse) sino a una película de gladiadores que tenga la misma transcendencia que ‘Gladiator’. Realmente si ahora se estrenase una película así, que causase un fenómeno similar al del año 2000, supondría un impulso enorme para la gladiatura hoy.


Notas: