El pasado artículo os citaba los anfiteatros que conocemos a día de hoy de Hispania, y aprovechando esto, hoy os vengo a comentar un poco la estructura y morfología de estos edificios1 del ocio romano, al menos, de los que tenemos evidencia arqueológica (es decir, los construidos en piedra)

Casi a simple vista, a día de hoy ( no así en su época original) podemos distinguirlas todas.:

La arena:

El corazón de un anfiteatro romano es su arena, una espaciosa y ovalada área central donde se disputaban las luchas de gladiadores (entre otros espectáculos). Esta zona estaba delimitada por el podium y la cavea, que es la siguiente parte que veremos, marcando una distancia prudencial entre espectadores y gladiadores (y las ferias de las venationes).

Cavea:

La cavea es la parte del anfiteatro destinada a los espectadores, lo que comúnmente llamamos gradas o graderío. De hecho, el nombre de la estructura (anfiteatro) tiene estrecha relación con la cavea, ya que, en origen, los primeros teatros eran simplemente unas gradas semicirculares de madera, y para construir los anfiteatros, lo que se hacía era juntar dos teatros, viniendo a significar la palabra anfiteatro “dos teatros” juntos.

Estas gradas estaban divididas en diferentes secciones, que estaban reservadas para diferentes clases sociales. Cuanto más cerca de la arena, mejor situado estabas en la escala social, y cuando más baja era la clase a la que pertenecías, más alejado estabas de la arena (un poco como pasa hoy, pues las más ubicaciones cercanas, son las mas caras, y menos gente se las puede permitir). Podemos observar en los anfiteatros bien conservados hoy día, como estaban divididas en diferentes niveles para permitir una fácil circulación y acceso a los asientos.

En ellas, se hacía vida, y numerosas citas nos dejan reflejo de que se podía cocinar e incluso ligar2 en ellas, llegando a legislarse al respecto (Augusto separó las gradas por sexos3), para evitar situaciones poco decorosas.

Podium:

El podium era una plataforma elevada que se encontraba en la parte exterior de la cavea, haciendo de muro limítrofe entre esta y la arena. Actuaba como un soporte para las gradas y también servía para alojar las dos puertas del anfiteatro, la libitinensis (por donde salían los cadáveres de gladiadores, cuando los había) y la triumphalis (por donde salía el gladiador victorioso). El podium podía estar decorado, como nos demuestra por ejemplo, el fesco conservado del de Mérida en el MNAR de la misma localidad. Se hipotetiza con que en tiempos pudieran tener algún tipo de red o elemento de seguridad adicional, especialmente para evitar que los animales pudieran saltar a las gradas.

Vomitoria:

Aunque hay un tópico muy extendido que dice que los vomitoria era habitaciones en las que los romanos iban a forzarse el vómito para seguir comiendo en sus baquetes, en realidad los vomitoria eran pasillos o entradas en forma de túnel que permitían la entrada y salida rápida de los espectadores a la cavea. Es decir, las puertas de acceso. Estos pasillos conectaban el exterior del anfiteatro con las diferentes secciones de asientos y se diseñaban de manera que facilitaran el entrar y salir de los espectadores a sus localidades.

Todo lo que hemos comentado hasta ahora, son partes perfectamente visibles en cualquier momento de la vida de un anfiteatro, si bien dejo para el final, un elemento muy curioso, que a mi parecer ese un prodigio de la ingeniería de la época. Hoy en día lo podemos ver, pero en época de uso, estaba oculto al público. Os hablo del hypogeo.

Hypogeo:

Es ni más ni menos que un entramado subterráneo que se encuentra debajo de la arena en si de muchos anfiteatros romanos. Deriva, etimológicamente, del griego “hypo” (significando debajo) y “geos” (significando tierra). Su función era la de proporcionar espacio para el almacenamiento de todo lo necesario para el desarrollo de los distintos eventos, desde los equipos de los gladiadores, hasta los propios gladiadores o las fieras participantes de las venationes.

Todo esto se conseguía a través de un complejo sistema de pesos y contrapesos, polipastos, cabrestantes y trampillas, que, en un espacio bastante limitado conseguían obrar maravillas. Un ejemplo es el hypogeo del Coliseo Roma4, uno de los más grandes conservados. Tiene una profundidad de seis metros y medio, y todo el complejo de pasillos alcanza una extensión de media hectárea.5

También dentro de los anfiteatros, pero ya fuera de la vista de los espectadores, podríamos encontrar salas como el spoliniarium, donde se despojaba a los gladiadores muertos de sus pertrechos y hasta de partes de su cuerpo, o también alguna ergástula dedicada al culto a algún dios o diosa como némesis o hércules, pero eso es carne para otro artículo.

Quizá al terminar de leer este artículo, tengas curiosidad por las diferentes atenciones y servicios que esta estructura ofreció a sus usuarios, así que para saciar tu curiosidad, pincha en este otro artículo.


1Para este resumne-fundido sigo las publicaciones de Claridge, A (2010). Rome: An Oxford Archeological Guide. Oxford University Press y McDonald, W.L. (1986) The Architecture of the Roman Empire: An Introductory Study. Yale University Press.

2Plutarco, Sila 35·3 ; Ovidio, Ars Amatoria 1·163-170

3Mañas, A. (2018), Gladiadores, el gran espectáculo de Roma, Ariel Historia, Barcelona, p, 235

4Hopkins, K & Beard, M (2005) The Colosseum, , Harvard University Press, Cambridge pp.136-124

5Catálogo: Gladiadores: héroes del coliseo (exposición celebrada en Alicante, MARQ, abril-noviembre 2022) pp. 45-47