La gladiatura en época republicana siempre me ha sido un elemento curioso y esquivo de esta pasión mía. Tenemos citas textuales haciendo referencia a la gladiatura republicana romana en los tres siglos previos a nuestra era, pero la tipología de los gladiadores, su equipamiento, forma y motivo de lucha son ciertamente esquivos, al menos para mi.

En los últimos años (concretamente 2020 y 2022) François Gilbert ha sacado un par de publicaciones dando luz a esta época de la gladiatura. Ambos libros están reseñados en la web, aquí y aquí, y el autor entrevistado aquí. Después de haber leído con calma ambos libros, me propongo haceros un breve resumen de las hipótesis de Gilbert, esperando que os arrojen algo de luz sobre la gladiatura republicana, como lo hicieron conmigo.

François comienza explicando los orígenes de la gladiatura cuando referencia la gladiatura republicana, origen que me saltaré, a que está en la web un artículo al respecto. Tras esta introducción, nos divide la gladiatura republicana en tres fases o épocas.

1ª – Los orígenes campanos:

Esta época se sitúa en los comienzos del SIV a.C. y terminaría en el aó 310 a.C. cuando los Samnitas son derrotados por la conjunción de los ejércitos romano y campano. La fecha final la coge el autor de Livio1, que menciona la creación de los primeros gladiadores propiamente romanos, los samnitas.

Mientras los romanos usaban estas armaduras (las de los samnitas) para honrar a los dioses, los campanos, llenos de desprecio y odio hacia los samnitas, hicieron que las llevasen los gladiadores que actuaban en sus banquetes y los llamaron, desde entonces, «samnitas»

Esta gladiatura sería más bien un fenómeno regional, y durante toda esta época las luchas serían entre dos hombres equipados con armaduras propiamente militares y lucharían también con técnicas militares. Monomachias, es decir, duelos en su esencia, con escudo y lanza.

2ª – La época étnica.

Tras el 310 a.C. y hasta la revuelta de espartaco, Gilbert clasifica la gladiatura como la época étnica, por una razón muy sencilla…los distintos tipos de gladiadores que se van añadiendo son básicamente soldados rivales capturados y soltados en la arena con la equipación propia de su pueblo.

Así explica, por ejemplo, la aparición de los Galli, resultado de las guerras de los etruscos con los galos. Teoriza el francés incluso con la posible existencia de una tipología de gladiador romanii, mientras los etruscos y los romanos estuvieron en conflicto, y que desaparecería más tarde de los registros por razones obvias. También nos presenta la posibilidad de una armatura Chartaginia y Germana2.

Nos precisa François que en esta época sería complicado obtener variedad precisamente por el mero hecho de que las armaturas dependían de los soldados de los pueblos con los que estaban en conflicto, y que luego se usaban en la arena como gladiadores. El porqué es sencillo: los gladiadores eran duelistas, y los soldados, en general, luchaban en formación por lo que era complicado encontrar una buena transferencia, y pocos pueblos tenían realmente dotes para el duelo, más allá de los ya mencionados (samnitas y galos), teoría que tiene en parte su lógica, visto que durante estos siglos de la república, tenemos unas cuantas citas de batallas que se acaban resolviendo con duelos de campeones, muchos de ellos, entre un romano y algún guerrero de otro pueblo3, pero que me cojea por el hecho de dejarlo a tan pocos pueblos, cuando era una costumbre que, en general, podemos encontrar en diversos pueblos mediterráneos.

3ª – Gladiatura técnica.

Esta época vendría marcada por la revuelta de Espartaco, y la lección aprendida por los romanos de que no es sano para ellos retener en un mismo lugar a muchas personas en régimen de esclavo gracias a los romanos, aprendiéndoles a ser auténticas máquinas de matar.

Una frase que me gusta mucho de los escritos de Gilbert es la idea que tenían los romanos de que “si la gladiatura ha de perdurar, el sistema ha de cambiar”. En este sentido, las vías de reclutamiento varían, permitiendo hacer carrera en la gladiatura, y se contempla la posibilidad de ser premiado, algo que motiva como antes no lo hacía. No solo eso, si no que la posibilidad de muerte desciende drásticamente, especialmente cuando Augusto le mete mano con sus reformas a la gladiatura, por ejemplo, con el cambio de cascos por yelmos.

En este momento, en esta época, es donde se transiciona de rito funerario a espectáculo definitivamente. Este es un punto en el que discrepo en parte, no solo con François, si no con otros autores como Mañas, que defienden la gladiatura como deporte, totalmente desacralizada, mientras que yo siempre veo un elemento funerario de fondo constante, que permite ver en la gladiatura algo más que solo deporte/espectáculo y que, de facto, es el elemento educativo de la gladiatura que si comparto con ambos autores.

Es en esta época también, de Augusto en adelante, cuando las armaturas empiezan a evolucionar e incluso crearse nuevas, y la gladiatura se convierte, de facto, en algo propiamente estatal, con normas y regulaciones propias.

No quiero terminar el artículo, sin matizaros de nuevo que lo que aquí os expongo, son las hipótesis de F.Gilbert con mis matizaciones personales, claramente indicadas. Si os apasiona el tema y queréis saber más, os recomiendo la lectura calmada de las dos obras que ya ha publicado el francés, y que tenéis linkeadas en el primer párrafo.


1Tito Livio, Ab Urbe Condita IX·40

2Basándose en los textos de Salustio, Historia CCCXXXVII

3Tenemos ejemplos desde Tito Manlio Torcuato (de la época anterior) hasta el legado de Metelo en Numancia, occio, contra un celtíbero (Valerio Máximo, III.2.21) por poner un par de ejemplos.

Imagen de cabecera: Nova Bellatores (podéis encontrarlos en instagram como @novabellatores y en su web).