Hoy os traigo una nueva entrevista, en esta caso del italiano Niccolò Arcangeli, autor de «Gladiators: the stars of the firs talent show of the history», que he reseñado ya en la web. Niccolò es guía turístico en Roma y un auténtico entusiasta de la historia y cultura de su ciudad, como podréis observar en esta entrevista y en su obra, también de los gladiadores. Hacía casi un año (11 meses exactos) que no os traía a un divulgador por esta sección, y la verdad es que ya había ganas. Y en este caso, se han juntado el hambre con las ganas de comer, pues Niccolò nos ha dejado una extensa entrevista, profundizando y explayándose en diversos temas que estoy seguro que os gustarán, personalmente es una de las que más he disfrutado hacer.

Al publicarla soy consciente de que agito un avispero, por varias declaraciones que Niccolò deja en estas líneas (y que ya había anticipado al leer su libro). No obstante, y sabiendo que quizá no tanto pública o directamente, pero si de forma privada o de manera indirecta, me lloverán palos, es algo que hago gustosamente, ya que comparto la visión de Niccolò respecto a este punto: para llegar a nuevas conclusiones y descubrir realidades ocultas o pasadas por alto por quienes vinieron antes que nosotros, debe a veces recorrerse caminos nuevos, no los de siempre, y volver a los orígenes, no a lo que todos dan por sentados como orígenes (véase, ir a las fuentes, no a cualquier texto que hable de las fuentes, que también). Aunque ello a veces pueda acarrear errores, sin ellos, el progreso tampoco suele ser posible. Los títulos son importantes, obvio, pero no las únicas vías de generar conocimiento y de plantear debate. Y llegados a este punto, también quiero aclarar que todas las críticas son bienvenidas en público (por favor, educación), donde se puede generar debate, generar nuevos caminos o corregir errores en los que uno mismo y otros hayan podido caer.

Dicho esto, os dejo con la entrevista.

¿Cómo surgió tu interés por los gladiadores?

Trabajando como guía turístico en Roma estoy a menudo en el «campo»: uno de los recorridos más famosos es sin duda el del Coliseo y la Antigua Roma, con el Foro y el Monte Palatino. Al estar dentro del Coliseo casi todos los días de mi vida, poco a poco comencé a comprender que muchas de mis explicaciones no eran tan detalladas respecto al tema de los gladiadores. Básicamente, sentí que estaba omitiendo algo porque no entendía su esencia. De aquí surgió la necesidad de profundizar en el tema de los gladiadores, de levantarles las máscaras para conocerlos desde un punto de vista humano, pero también deportivo y del espectáculo. Por eso quería mirar a los ojos de aquellos que desafiaron el destino y dedicaron sus vidas a luchar en la arena, hasta volverse inmortales.

 

¿Crees que la divulgación histórica actual está en un buen momento o, por el contrario, necesita mejorar?

Debo decir que, como nunca antes, la divulgación histórica goza de excelente salud. Tengo la suerte de vivir en Italia y en Roma, cuya Universidad (Sapienza) es una de las más avanzadas en términos de estudios en historia y humanidades del mundo. Si pensamos en los medios de comunicación de masas, tenemos un verdadero «monstruo sagrado» que es Alberto Angela, una especie de Rey Midas en lo que a programas de TV de historia se refiere: todo lo que hace se convierte en un éxito. Gracias a su manera de exponer y a la sencillez del lenguaje, todavía logramos ver un poco de historia en el prime time en la televisión nacional. Pero esto es sólo la punta del iceberg de un movimiento más complejo y articulado. También aquí puedo mencionar a importantes historiadores como Alessandro Barbero, cuyos programas y vídeos son muy populares en las redes sociales. Luego hay muchos otros nombres que sería una pena no mencionar: Federica Guidi, Luciana Jacobelli, Eva Cantarella y muchas otras. A nivel internacional hay otra defensora de la difusión de la historia: Mary Beard, que suele estar en Italia para grabar sus programas sobre la historia romana. Además, debo admitir que la contribución de la televisión por satélite y de los nuevos canales de historia ciertamente ha ayudado. Internet, fue la clave para llegar a mucha más gente y apasionarla. Digamos que con los nuevos medios tecnológicos la historia ha conseguido salir de su nicho y abrirse al mundo.

 

Por concretar un poco más la pregunta anterior…¿Crees que la divulgación de la historia, especialmente a nivel académico internacional, está en un buen nivel?

A nivel internacional veo más capacidad de «atreverse» respecto a mi país. Aquí, lamentablemente, nos falta el valor para ir más allá. Permítanme explicarles, porque no quiero que me malinterpreten, ya que creo que en Italia creo que la calidad de los estudios se encuentra entre las más altas del mundo pero, con demasiada frecuencia, cuando se escriben ensayos históricos para el público en general, se piensa más en la reacción de los expertos que no del público, es decir, se tiene más cuidado de evitar las críticas y preocupa demasiado por no salirse del camino. No sé si este «bloqueo» se debe a una mentalidad académica excesivamente cerrada o a un problema cultural, pero lo cierto es que la acción del historiador es limitada. En el mundo académico internacional, sin embargo, veo que a menudo se intenta elevar el nivel y lograr una comprensión que yo definiría como «física» de los fenómenos estudiados. Me refiero, por ejemplo, a Marcus Junkelmann, un historiador alemán cuyos estudios representan la vanguardia sobre los gladiadores, y que nunca tuvo miedo de ensuciarse las manos y luchar como un auténtico gladiador. Es decir, estudió en el campo y experimentó con las técnicas de lucha que los distintos tipos podían adoptar en la arena. Se trata de un enfoque impensable en Italia y que, sin embargo, goza de gran popularidad en el extranjero. En España tienes a Alfonso Mañas, al que considero uno de los historiadores más punteros en la investigación sobre el mundo del deporte antiguo.

 

¿Cuál crees que es la mejor manera de dar a conocer la historia al público en general?

Yo intento utilizar un enfoque que yo definiría como «Pop», para dejar claro que la historia somos nosotros, es decir, que lo que hacemos ya se ha hecho antes pero no lo entendemos, porque lo estamos viviendo al mismo tiempo y necesitamos categorías mentales modernas para explicarlo. Cuando escribo intento ser lo más claro posible y evitar demasiadas expresiones. El objetivo es ir directo al grano, sin confundir al público con demasiadas nociones. Soy mi primer lector y soy muy exigente. Desafortunadamente mi límite es el papel, por supuesto que puedo agregar imágenes pero creo que es necesario encontrar una manera de sacar la historia de los libros y hacerla cobrar vida. Soy consciente de que suena como un bonito cliché, pero necesitamos encontrar una manera de transformar las palabras escritas en una experiencia. En este sentido, creo que la actividad de muchos recreadores históricos es fundamental para acercar al gran público, y en ello Internet puede ayudar mucho. Personalmente, tuve la suerte de presentar mi libro durante el «Natale di Roma» gracias al Gruppo Storico Romano y, sobre todo, gracias a Stefano Scielzo de la Escuela de Gladiadores de Roma. Me alegró notar que allí había muchos niños y niñas de los colegios, y pude notar su reacción. Sus rostros no mentían, estaban entusiasmados por «experimentar» la historia y sumergirse en la antigua Roma. Por supuesto, el nivel de las recreaciones realizadas por el Grupo Histórico Romano, la calidad del vestuario y la atención al detalle son altamente profesionales, sólo así se podrá poner en contacto a historiadores y aficionados. La misma profesionalidad que veo en tu blog y en tus recreaciones. Por cierto, leyendo tu sitio encontré una frase que creo que representa la esencia de lo que acabo de decir:

«Un gladiador combate junto a su rival para demostrar que está ofreciendo todo lo que tiene, para demostrar heroicidad, para ofrendar su sufrimiento al público y para facilitar a su oponente alcanzar ese mismo clímax. Cuando esto es así, el público lo percibe, lo siente y sufre con el gladiador, llegando a una catarsis tal, que espectador y gladiador se funden en uno solo, hasta que el primero decide que es suficiente«.

Esta catarsis es la misma que se siente ante una recreación impecable.

 

¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?

La idea del libro nació durante el Covid, cuando no pude trabajar durante la pandemia. Me encontré, como muchos otros, teniendo que pasar mi tiempo sin volverme loco.

 

¿Cuál era tu objetivo cuando empezaste?

Al principio solo quería plasmar mi trabajo en papel, transcribir los conocimientos que había adquirido a lo largo de los años para no perderlos. Sin embargo, mientras escribía me di cuenta de que algo estaba naciendo, una idea que me ofrecía una posibilidad, la de explicar un fenómeno histórico a través de una forma de entretenimiento moderno. Así nació el título del libro: “Gladiadores. Las estrellas del primer Talent Show de la Historia”. El foco del texto recae en el momento en el que el duelo entre dos gladiadores finaliza, justo antes de que el emperador se expresara, el público en los anfiteatros alzaba la voz para pedir al soberano que matara o perdonara al perdedor. Mi tesis es que este momento representa el nacimiento del espectáculo interactivo, por primera vez fue el público quien decidió el destino de sus héroes. Como en un concurso de talentos moderno, donde los espectadores votan desde casa.

Tu libro recientemente publicado ha planteado varias preguntas nuevas, incluidas nuevas hipótesis, que desafían algunas de las más extendidas. ¿Qué reacciones has encontrado hasta ahora ante tus nuevas aportaciones?

Debo admitir que las reacciones han sido muy positivas, sobre todo por parte de la crítica. Agradezco al Prof. Alfonso Mañas las sugerencias que me brindó y la redacción de la introducción. Ésta es la valentía y la apertura de miras que faltan en el mundo académico italiano. Aquí sería impensable que un entusiasta como yo, sin ningún título universitario, escribiera un ensayo histórico, se lo enviara a un profesor universitario y éste aceptara escribir la introducción. Especialmente de un libro con una tesis tan poco convencional.

 

Mientras leía tu libro, me llamaron la atención muchos títulos de capítulos, como por ejemplo «un día como gladiador es mejor que cien como emperador». ¿De dónde surgió la idea de estos títulos y con qué propósito?

En realidad, el título del que hablas proviene de un dicho italiano: “Meglio un giorno da leone che cento da pecora” (más vale un día como león que cien como oveja). Quería parafrasear este dicho sólo para decir que, después de todo, la vida de los gladiadores, especialmente los más famosos, no era tan terrible como muchos todavía piensan. Los gladiadores eran profesionales entrenados para batirse en duelo en público, eran alquilados por su «manager» (lanista), muchos de ellos tenían una condición económica razonable y, sobre todo, no todos corrían el riesgo de morir en cada pelea, como se creía antiguamente. En ocasiones alcanzaron fama y éxito, algo impensable para personas condenadas a la infamia por la ley. Después de todo, no era tan malo ser gladiador, en comparación con las estadísticas de muertes que conocemos sobre los emperadores romanos.

 

Como adelanto para futuros lectores, ¿qué nos puedes contar sobre la comparación entre X Factor y los gladiadores?

Debo decir que los dos «formatos», por utilizar un término muy de moda hoy en día, tienen muchas cosas en común. Realmente parece que el modelo en el que se basa X Factor fue copiado del espectáculo de gladiadores. Si los gladiadores pertenecían a un lanista, los artistas de X Factor “pertenecen” a un juez. El lanista elegía en qué armatura pelearía su gladiador; el juez de X Factor elige qué cantará su artista. Los gladiadores pertenecían a una familia; los artistas de X Factor se dividen en equipos. Pero no quiero spoilear más, aunque hay muchas similitudes, hay una diferencia sustancial y sólo podrás saberla leyendo el libro.

 

¿Qué encontraremos en este libro que no encontraríamos en otros sobre gladiadores?

Además de una tesis inconformista, en este libro podrás encontrar una explicación clara del mundo de los gladiadores. Desde un punto de vista histórico seguí la evolución de un rito funerario que se transformó en uno de los mayores espectáculos de la antigüedad. Además, el libro analiza muchos otros aspectos, como la formación (gracias al uso de fuentes); la nutrición (con el estudio austriaco sobre huesos de gladiadores encontrado en Éfeso hace unos años); vida (las lápidas dicen mucho sobre su vida privada)… La intención final es reunir todo lo que sabemos sobre los gladiadores, crear una especie de manual con todas las novedades y curiosidades disponibles, dejando de lado las diferentes tipologías. En este sentido quiero daros una noticia exclusiva, el próximo libro que saldrá solo tratará sobre los diferentes tipos de gladiadores que lucharon en la arena. Si todo va bien, será publicado en febrero por una editorial importante.

 

Para terminar: ¿Qué echas de menos en la recepción y difusión de gladiador o qué te gustaría ver que no tengamos actualmente?

Sinceramente, tengo que reconocer que el nivel es muy alto y que los estudios que circulan son para mí una fuente continua de inspiración. Lo que espero es que todos los que escriben sobre historia se sientan libres de «equivocarse» y que siempre y constantemente se pongan a prueba, sólo así podremos comprender fenómenos lejanos en el tiempo y devolverle la vida a la historia. .