Este pasado fin de semana (el 8 de julio, para más seña), hemos participado en la presentación del libro «Gladiadoras: el duelo de la eternidad», de Juan Tranche, en Mérida, bajo la batuta de Mario, de la librería La Selva Dentro, la cual aprovecho para recomendar por su excepcional calidad humana.  Parece ser esto algo que se convertirá en tradición, pues ya Spiculus se presentó de esta manera.

En esta ocasión, aunque las horas de coche fueron las mismas, al menos ya non teníamos encima el COVID y las mascarillas, como pasó en la anterior presentación, sin duda, algo que celebrar, ya de entrada. Pero no solo eso hubo que celebrar, si no la reunión con un buen grupo de amigos, los excepcionales emeritenses a los que tanto cariño tengo (con especial mención a nuestros anfitriones, Jose y Merce) y Sandra «Boudica», grupo que no se juntaba al completo desde antes de la pandemia.

Junto con la excepcional compañía de Juan y su novela, y el incomparable marco arqueológico que Mérida proporciona, montamos la combinación perfecta para una presentación espectacular.

Creo que como prolegómeno queda bastante claro lo especial del momento, así que nos metemos en materia, y os cuento como fue todo.

El viernes llegamos tarde por la noche, pasada las 12 de la madrugada, y nos metimos entre pecho y espalda una genial cena casera preparada por nuestros anfitriones. Como hacía años que no nos juntábamos todos en el mismo sitio, la charla se extendió y nos fuimos a dormir bastante tarde. Nos levantamos con la calma, pero las horas de descanso no fueron muchas tampoco, pero al igual que un niño antes de una excursión, con la emoción del día que teníamos por delante, todo se llevó bien.

Tras comer todos juntos en el ya mítico Pestorejo (hay algo especial en ese lugar, que quiero visitarlo siempre que voy, ya no solo por la comida en si), e intercambiar risas y anécdotas, empezamos a prepararnos para la tarde. Con tranquilidad y sosiego, nos fuimos a la librería de Mario, para cambiarnos, y pusimos rumbo al templo de Diana, para una sesión de fotos previa a la presentación. Tras ella, volvimos a la librería y nos colocamos para salir en una pompa. En uno de los laterales del templo de Diana, en la que ya había gente esperando, ser armó un buen círculo, y empezó la chicha.

Juan había preparado todo con el siguiente esquema: una pequeña charla introductoria, luego dos combates, otra pequeña parte hablada que explicaba detalles tanto de la novela como delos combates. Otros dos combates más, con un descanso breve en el que Juan y Mario comentaron aspectos de la novela, rozando el spoiler y, para terminar…la recreación de uno de los combates que Juan creó para la novela, uno muy espectacular en el cual participa Helena, una de las protagonistas, y dos gladiadores…el resto dejo que lo veáis en la novela.

Fueron combates breves, pues aquello no era un munus, si no la presentación de Gladiadoras, pero sin duda alguna, nos lo pasamos bien y disfrutamos las luchas. Quiero destacar aquí un detalle curioso, y es que un grupo de sketchers estaba presentes, que hicieron dibujos de varias de las luchas y gladiadores, entre los que hubo uno que me gustó especialmente, de Marisol Pérez Cabrera (podéis encontrarla en instagram como @perezcabreramarisol), que he usado como imagen de cabecera de este reportaje.

Tras terminar, las fotos, los saludos y las felicitaciones, nos fuimos todos de nuevo a la librería a pasar un rato de charla y picoteo, pues Mario, nos había preparado una pequeña mesa con comida y bebida. Como no podía terminar así, decidimos juntarnos absolutamente todos, pedir unas pizzas y comerlas en una plaza cercana. Tan agusto estábamos que se nos acabó el día, y tuvimos que seguir por la noche.

Sin duda, una experiencia a recordar.

Si queréis echarle un ojo a uno de los combates, os lo dejo por aquí.