La fIlosofÍa DE LUcIus SpIculus DIvulgacIÓN



La filosofía a la que ha llegado el proyecto, es sin duda su rasgo más diferenciador y para entenderla, requiere de una pequeña historia:
Como contamos en el apartado «proyecto», la idea primigenia de este proyecto era simplemente investigar, divulgar y practicar la gladiatura, sin mayor pretensión que la de juntar bajo esa premisa a un pequeño de grupo de gente con ganas y capacidad de trabajo en esta línea. Esta idea se formó en la cabeza de uno de los miembros del proyecto, que es el que escribe, allá por 2018. Entre los recelos de salirme de la asociación cultural en la que estaba por entonces y en la que llevaba una década, y la propia inacción de la que sufría en aquella época, pasó un año hasta que un evento lo cambió todo. En 2019 fui invitado por ARS Dimicandi a luchar con ellos en Italia. Yo ya los tenía desde 2014 por mentores, pero solo veía la dimensión física de sus combates. No hacía como yo por aquel entonces, que iba a marcar los golpes y combatía por puntos, si no que ellos iban a pleno contacto, sin medir en ese sentido, y luchaban a rendición. Eso me había cautivado, quería ser como ellos, y allí que me fui, cogiendo mi invitación, esperando aprender de ellos técnica en lo marcial, y experimentar como era eso de combatir a plena potencia.
No me imaginaba el regalo con el que vendría. En ese fin de semana, pusieron en mi oído las palabras necesarias para que todas las charlas que ya había mantenido con ellos desde 2014, eclosionasen y diesen un sentido mucho mayor a lo que allí había encontrado: el descubrimiento de la espiritualidad. Puede sonar muy rimbombante de primeras, y quien sea ajeno a este mundo o no haya encontrado aún el momento del despertar de su alma, no lo entenderá, pero procuraré explicarme.
Cuando me enfrenté a mi primer combate, pensaba que estaba preparado físicamente, pero tardé apenas un minuto en encontrarme en el suelo, dolorido y sangrando. Quería irme de allí, tenía un ligero mareo, sabor a hierro en la boca, y mil preguntas en la cabeza que conducían a una sola «¿qué hago aquí?». En ese momento de flaqueza, Dario, líder de ARS Dimicandi, se me acercó y me dijo unas palabras al oído, que no desvelaré aquí, que me hicieron sacar energía de la nada y luchar por un motivo distinto al que me había llevado a estar allí. Ese momento cambio mi forma de ver la gladiatura, y nunca tendré palabras de gratitud suficientes.
En días posteriores, mantuve muchas conversaciones con Dario y más miembros de ARS Dimicandi sobre el tema, intentando dar respuesta a todas las preguntas que aquel día me había provocado. Y tras esos días, no solo encontré un sentido nuevo para la gladiatura, si no un propósito. En palabras del propio Dario, y que en esta ocasión, si compartiré: «Todos llevamos una chispa dentro, pero no siempre prende la llama. Tu has conseguido encender esa llama aquí, ahora te toca compartirla para que otras chispas también se conviertan en llama». Es una frase que se me quedó grabada a fuego y que es parte de nuestra idiosincrasia «La scintila diventa fiama» (la chispa se convierte en llama) .
Llegados a este punto, compartí estas experiencias con mis compañeros, los veteranos, aquellos que conocía de antes de Lucius, de distintos sitios, y que están en el proyecto desde el primer día (Calidio, Barbaricus y Caesus) y poco a poco se fue fraguando una espiritualidad conjunta que ha marcado y marcará la filosofía de Lucius: no hacemos esto por nosotros, si no por honrar a nuestros antiguos, aquellos que nos dejaron y a los que debemos un respeto hacia su legado.
Previo a nuestros combates rituales, intento hacer siempre esta explicación para introducirlos en nuestra forma de sentir: haced el ejercicio mental de pensar cuantas personas han hecho falta para que hoy estéis aquí. Obviamente vuestros padres, y para que ellos pudieran teneros, antes fueron necesarios vuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos…etc. Una ingente cantidad de personas, al igual que una ingente cantidad de malos momentos, sacrificios personales, pero también de amor. ¿Acaso todos esos esfuerzos de la vida y todo ese amor no merecen algún tipo de «gracias» por nuestra parte?. Nuestra manera de agradecer, es a través de una ofrenda de sufrimiento, al igual que en la antigüedad se ofertaba la sangre, derramada en duelos fúnebres para facilitar el viaje de las almas al otro mundo, nosotros ofertamos el sufrimiento de un combate a pleno contacto para nuestros queridos ancestros. Nos sentimos, en estos momentos, en comunión con ellos, siendo uno de los mejores regalos que la vida nos ha dado. Por eso no buscamos ganadores ni perdedores. No nos oiréis hablar nunca en estos términos. Para nosotros hay ofrenda, camino del héroe y comunión con los nuestros y con nosotros mismos. Para muestra, solo os pido que miréis las imágenes que encabezan este texto, y que corresponden a los momentos previos a una de esas ofrendas.
No sé si estas palabras han conseguido hacer entender nuestra filosofía, no es para todo el mundo, pero desde luego, es muy nuestra, y bienvenidos sois aquellos que queráis compartirla. Lo que si os puedo decir, es que este sentir puede contagiarse, pero no simularse y mucho menos imitarse. Y eso, precisamente, es lo que nos hace diferenciarnos. Entendedme bien, no somos mejores ni peores, pero si distintos.