Tras mucho tiempo de ausencia por estos lares, os traigo un reportaje del último evento al que asistí. Ahora que terminó un año atareado en cuanto a eventos y complicado para mi por el hecho de no poder luchar por estar recuperándome de una lesión, esta entrada del blog servirá de pistoletazo de salida para la recuperación de la actividad online. El evento en cuestión es perfecto para este recomienzo, ya que ha sido justo todo lo que me hacía falta. Ha sido el primer gran objetivo completado de la hoja de ruta que Lucius se marcó en 2020, en sus inicios, también un empuje moral y hervidero de nuevas ideas y líneas de trabajo, y es que el Castra Legionis VII, organizado por la Colección Museográfica de Gilena (Sevilla), es EL evento a nivel nacional. Desde el primer párrafo quiero transmitir las gracias a tremendo equipo, tanto por haber contado con nosotros, como por todo el trabajo que llevaron a cabo en un fin de semana.
Llevaba años queriendo ir, pero por unos motivos o por otros, ajenos a mi, nunca surgió la oportunidad, y este año, por fin llegó. Arrancamos el viernes, sobre las 15.00, con 9 horas de viaje por delante, pero con muchísima ilusión. Nos vinieron bien esas 9 horas, ya que tanto Adrián como yo, somos personas muy previsoras, y pese a todo el tiempo que invertimos en investigar, probar y estudiar aquello que llevábamos para exponer como charla, no dedicamos ni un solo minuto a hacer una presentación de powerpoint o edición de video para hacerlo más ameno, cosa que hicimos en esas 9 horas. La verdad es que nos hizo el viaje más llevadero, pues fuimos prácticamente todo el camino revisando ideas, seleccionando infografías e imágenes y por supuesto, revisando cada color y cada tipografía, en esa manía que diría incluso insana de Adrián por cambiar todo 100 veces hasta que queda perfecto.
Llegamos a las 23:30 aproximadamente, casi del tirón, habiendo parado solo para repostar y estirar un poco las piernas (y para que la benemérita nos sacara una foto a nuestro paso por Sevilla, cosas del ansia). Nada más llegar pude desvirtualizar en la misma puerta a Pedro Huertas, con el que llevaba mucho tiempo hablando por redes e incluso compartiendo algún directo. Es algo que de verdad adoro, desvirtualizar gente. Sinceramente pensé que el primer día, hacia la noche tendría algo más de chicha, que nos tomaríamos unas cervezas, pero el personal parecía cansado, y a eso de la 1 estábamos en el hotel. Falta nos hizo, pues revisamos de nuevo el powepoint y dormirmos, que no nos dimos cuenta de lo cansados que estábamos hasta que probamos colchón.

Foto de Javier Tamargo
Al día siguiente, abrimos jornada a las 10.00 am con la razón de tanta ausencia en redes: nuestra investigación sobre la biomecánica de los movimientos en la gladiatura. Durante todo este año, aprovechando mi lesión y por lo tanto, el tiempo que no luchar me dejó libre, analizamos fuentes iconográficas, así como vídeos de distintos grupos de gladiatura modernos, para concluir si se correspondían unas con las otras y ver como hacer más efectivos los gestos dentro de NUESTRA (y destaco la palabra por algo) concepción de la gladiatura. Podría explayarme aquí muchísimo, pero esto es un reportaje del evento, no un artículo de biomecánica. Este último llegará, en algún momento, os lo prometo. Mientras tanto: venid a nuestras charlas hehehe.
En esta foto de Tamargo, se nos ve a Adri y a servidor momentos antes de comenzar. Nervios no había, pero si muchas ganas. Sin duda las expectativas que teníamos con Gilena y su Colección Museográfica no defraudaron, la atención, interés y curiosidad genuina demostrada en la calidad de las preguntas que allí se hicieron, me dejaron maravillado. Era nuestro primer acto en el Castra Legionis y nos dejaba muy buen sabor de boca, pese a las horas en las que se llevó a cabo, que influyeron en la asistencia.
Ese mismo día dimos otras dos charlas. Una sobre otros «usos» o «empleos/oficios» de los gladiadores fuera de su papel en la arena, y otra sobre la evolución de la panoplia desde época republicana a la imperial, reforma de Augusto mediante. Esta última, llevada a cabo a las 20.30 de la tarde, cuando ya era de noche, sin duda fue la que más asistencia tuvo (de hecho juraría que igualó o superó en este dato, a las otras tres juntas), y la que más preguntas generó. No solo eso, si no que me ocasionó la oportunidad de conocer en persona a Aleación de Historia (si no conocéis su trabajo como herrero, pinchad, sin duda os sorprenderá) , y dos amigos suyos, apasionados de la historia y no solo eso, si no de la filosofía y mentalidad clásica, cosa que nos proporcionó una charla tan interesante y en la que nos sumergimos de tal manera, que se nos pasó la hora de la cena y casi no llegamos. Si estáis leyendo esto chicos, agradeceros profundamente aquel rato.
Al día siguiente volvimos a abrir la jornada con una charla sobre la evolución de los ritos funerarios desde Troya hasta Roma, en concreto de las libaciones de sangre a través de duelos. De nuevo pagamos las horas, y la gente fue llegando a cuentagotas a medida que avanzaba la charla. Aún así, destaco de nuevo el interés y la curiosidad genuina, que provocaron varias preguntas muy interesantes al respecto.
Pero basta ya de hablar de «lo nuestro» y paso a comentaros el increíble y maravilloso cartel que nos acompañaba en esta séptima edición. En Gilena el pasado fin de semana se concentraron la friolera de 329 recreadores, y asistieron un total de ….¡2895 personas!, cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que los habitantes de Gilena son 3000. Entre todos estos recreadores estaban grupos ya veteranos que llevan décadas funcionando como puede ser Athenea Promakos, hasta grupos que llevan pocos años de vida como Divulgación Histórica Tanit, pero sin duda todos ellos de gran calidad, avalada por la seriedad de sus actividades y el rigor de los detalles de cada una de ellas. No quisiera hacer un listado porque de seguro me olvidaría de alguien entre la gran cantidad de grupos presentes y el hecho de que no conocía ni a la mitad, pero si que haré un breve resumen de las actividades a las que pude asistir (entre que tenía las mías propias y que muchas se solapaban entre si o tenían aforo limitado…no puedo plantear todo por aquí).
Comenzamos por mis bienqueridos Tanit, a los que conozco personalmente desde hace tiempo y no puedo nada más que hablar bien de ellos, como recreadores y como personas. Si tenéis la oportunidad de conocerlos, pegaros a ellos, aprenderéis mucho. Llevaron en este caso la recreación del sacerdocio femenino púnico, con una actividad sencilla de cara al neófito y, sobre todo, muy visual, con una narración impecable por parte de Jose.

Foto de Manuel Moreno
A continuación quiero dedicarle espacio también a una de las actividades que mas me sorprendió, que fue la explicación de la medicina romana por parte de Kheironides. Aunque son conocidos de mi propia tierra de hace tiempo, lo cierto es que empecé a coger algo de trato recientemente y nunca había visto su labor. Algo conocía de medicina romana, y pensaba que era ya un punto, pero tras escucharlos a ellos, me di cuenta que ni la punta del iceberg. No obstante, creo que su punto fuerte, es la puesta en escena. El formato que escogen, en grupos reducidos, en un espacio con poca iluminación, crea un ambiente que sin duda favorece el interés y ameniza la presentación. Consiguen plantear una charla como un intercambio de opiniones entre amigos y hace que el total de la experiencia sea muy amena. Lamentablemente no entendí el sistema de reservar plaza en la primera charla, y para cuando pude asistir, a la segunda, se solapaba con una de mis charlas y solo pude estar con ellos media hora. Para mayor desgracia, no pude llegar a escuchar la parte de medicina gladiatoria.

Foto de Adrián Mirón
No menos elaborada fue la presentación llevada a cabo por parte de Athenea Promakos sobre la guerra en el S.V. a.C. Me pareció una actividad magistralmente llevada, no por nada llevan los años que llevan siendo referentes en la recreación del mundo heleno clásico. No obstante, quiero destacar dos puntos. El primero es la soltura hablando y la calidad de dicción y pronunciación del speaker, amén de lo bien hilado que estaba el discurso, una progresión perfecta. Parece una chorrada, pero es un aspecto que pocas veces se cuida y que marca una diferencia enorme. Lo segundo, es la calidad y variedad del equipo que mostraron, que permitió con apenas 20 personas, hacer un recorrido por el mundo hoplítico, sin dejar nada sin enseñar.

Foto de Manuel Moreno
Sería raro que hablase de calidad en la recreación y no apareciese, de alguna manera, Fernando Barriales. Tuve la suerte de conocerlo en persona allá en 2014, y con el tiempo conseguir que me aceptara en su círculo de amistades. Para quienes le conocéis, no hace falta que os diga nada, pero para quien no, solo deciros que es la definición de un evergeta, lo da todo por la cultura, y es un investigador nato, de esos que a medida que descubren algo lo incorporan a su memoria y ya nunca se borra, además de relacionarlo con lo que ya sabían y deslumbrarnos con hipótesis y teorías de lo mas interesantes. En esta ocasión, llevó la reproducción de un pequeño taller artesano de hueso, donde con métodos arcaicos nos enseñó, como y por qué se hacían objetos en hueso con todo tipo de usos.

Foto de Adrián Mirón
Una actividad que me sorprendió por la solemnidad que se le imprimió (y no era menos) fue la bendición de las tropas por parte del emperador, en la que participaron multitud de grupos, incluso del extranjero (Mos Maiorum Ulpia Serdicae de Bulgaria y Marco Cecini, que interpreta el rol del emperador Majencio, de Italia). Impresiona ver la puesta en escena de tropas y el discurso completo en latín (cosa que he visto ya en varios lugares en Europa, como puede ser Carnuntum, pero nunca en nuestra bienhadada Hispania. Hora de tomar nota.), ante el silencio casi total del Campo de Marte.

Foto de Mario Ceceni
Aunque no fuera una actividad de recreación, me hizo especial ilusión por ser la de alguien a quien admiro por su manera de divulgar, que no es otro que Pedro Huertas, de «Roma no se hizo en un día«. La presentación no defraudó y siguió su línea humorística y desenfadada. Además me firmo mi ejemplar, aunque estuvimos vacilando con el evento con que me firmaría otro libro distinto hahaha. Creedme que este muchacho se merece todos los éxitos que le llegan, como la publicación de su reciente libro «Coronas de Laurel, un caballo en el senado y la nariz de Justiniano», el título solo ya promete, ¿no? Pues compradlo aquí, que ya os lo firmará (Por ejemplo en la feria del libro de Cartagena, el 22 de octubre, donde también estaremos Lucius Spiculus acompañando a Juan Tranche en la firma de su propio libro, que también podéis comprar aquí).

Foto de Adrián Mirón
Para terminar el evento, asistimos a la munera de Iugula. Me quedo con varios detalles que no cuidé nunca, como reflejar los regalos que en ocasiones se hacían a los gladiadores el propio día del combate, en la arena, o el hecho de tener una palma a mano para celebrar las victorias de los gladiadores. También me llamó la atención el uso de la red de uno de sus retiarios, el que aparece en la foto, y del que, por desgracia, no recuerdo el nombre ahora mismo, pero lo podéis encontrar por redes bajo el pseudónimo de «turdetanoencuero»

Foto de Javier Romay
Puede que os parezcan pocas actividades, pero realmente no me dio tiempo a acudir a más. De todas maneras, y como cierre, quiero poner una foto que resume mi experiencia en Gilena: Felicidad. Y no con cualquiera, si no con uno de los mayores apoyos que uno puede tener en este mundo, mi compañero de fatigas: Adrián Mirón.

Foto de Adrián Mirón