Hoy os traigo la segunda parte de un artículo que os compartí hace un par de semanas, que no es otro que las partes de un anfiteatro. En la primera entrega os hablaba quizá de las más conocidas, aunque desconociésemos sus nombres. La cavea, el podium, la arena , los vomoitoria y el hypogeo. Hoy os hablaré del pulvinar, el velarium, el spoliarium y el saniarium. Al lío:
Pulvinar: El pulvinar es el precursor de lo que hoy conocemos como palco. Un lugar situado en el podium donde se alojaba a las autoridades y figuras importantes que acudían a ver los munera. Estaba situado de tal manera que se pudiese ver desde cualquier lugar de la cavea y al mismo tiempo, desde el pulvinar se tuviese el mejor punto de observación de todo lo que ocurría, tanto en la arena como fuera de ella.
Spoliarium: “Sala de despojamiento” sería una traducción literal. Y tanto que literal, por doble partida. Etimológicamente spolio, su raíz latirna, significa “despojar”, y funcionalmente, lo que se hacía en esta sala, era retirar el equipamiento del gladiador muerto1, para luego devolvérselo a su ludus. Pero no solo eso, si no que también se le extraía la sangre, algunos órganos como el hígado2…y en definitiva, cualquier elemento que alimentase el mercado de “productos gladiatorios”, por que ese mercado, es un hecho. Cuando terminaban con este trabajo de despojamiento, se guardaba el cadáver para que viniesen a recogerlo. Normalmente los gladiadores se asociaban en gremios que procuraban dar un funeral a aquellos que perecían en la arena, si es que sus familias no podían o querían hacerse cargo.
Tenemos registros tanto de spoliaria que estaban dentro del propio anfiteatro, como también en recintos colindantes, como un edificio aparte.
Saniarium: Al igual que el spoliarium tenemos registros de que podía ser un edificio a parte. Esta sala, no obstante, estaría presente de alguna u otra manera en todos los anfiteatros, pues era el lugar donde se atendía a los gladiadores heridos, ya fuera para aplicarle unas primeras curas, o una intervención de urgencia para evitar que acabase en la sala del párrafo anterior.3
En una de estas salas es donde el famoso Galeno de Pérgamo habría conseguido su experiencia, que nos narra en sus escritos, a raíz de tratar gladiadores.
Velarium: Una de las comodidades con las que agasajaban el público, y que sigue existiendo a día de hoy en instalaciones de ocio como estadios o plazas de toros, tiene que ver con el “tendido de sombra”. El veliarium era un complejo sistema de poleas, contrapesos y telas que se desplegaban para proporcionar cobertura del sol a los espectadores4. Sin duda todo un avance para la época, y una importante y muy valorada parte de los anfiteatros.
Como veis, pese al paso del tiempo (mucho tiempo) la arquitectura del ocio romano, sigue muy presente en nuestro ocio moderno, copiando o adaptando con ligeras modificaciones lo que ellos inventaron en su día.
Con este par de artículos, seguramente vuestro ojo apreciará más a partir de ahora los anfiteatros que visitéis. Quedan muchas cosas por contar de los anfiteatros, pero estas dos lecturas conforman un “kit básico” que espero os sirva y os guste.
Un saludo!
1Mosci Sassi, M.G. (1996)Il linguagio gladiatorio, Patron Editore, Bologna, p.173
2Mañas Bastida, A. (2018) Gladiadores, el gran espectáculo de Roma, Ariel Historia, Barcelona, pp.346-347
3Mañas Bastida, A. (2018) Gladiadores, el gran espectáculo de Roma, Ariel Historia, Barcelona, pp.347-348
4Paolucci, F. (2003) I dannati dello spettacolo, Giunti Editore, Firenze/Milano, p.114
Imagen de cabecera (Spoliarium, de Juan Luna, Museo Nacional de Filipinas).