Este no es un artículo al uso, de hecho he creado una categoría nueva en la web para él “artículo de opinión”, ya que no es obviamente ninguna de las otras categorías que he venido empleando hasta el momento. Surge esto a raíz de la reflexión que llevo haciendo toda esta semana sobre el papel del recreador en diferentes eventos y contextos y la puesta en valor del mismo, que empieza a ser una necesidad.
A nadie le extrañará que diga que en los últimos 20 años, con un imponente crecimiento en la última década la recreación se ha mostrado como una valiosísima herramienta de difusión cultural, empleada y defendida por distintos académicos1, puesta en valor por museos2 y empleada por distintos eventos, algunos maravillosamente gestionados3 y otros no tanto.
Cierto es que esta crecida exponencial de este tipo de eventos en parte se debe a la mezcla que creo que no debería producirse entre fiesta y recreación, pudiendo convivir pero no mezclarse. Aunque eso es tema para otro artículo completo.
La idea de este artículo es resolver la pregunta ¿debería el recreador conformarse con cualquier trato recibido a cambio de poder recrear en ciertos lugares?
Creo firmemente que la esencia de la recreación es estudiar, investigar, recrear y vivir la historia. Todo recreador que realmente lo sea seguramente coincidirá en este punto. Son muchas (las más) que los recreadores se juntan entre ellos de forma privada y pagando todo de su bolsillo, simplemente para compartir espacio y hacer aquello que les gusta. Ya sea entrenar formaciones militares o distintos tipos de combate, tejer y teñir, cocinar. Vamos simplemente vivir bajo las condiciones y materiales de la época que recrean con la finalidad de entenderla mejor cada vez. Sin mayor pretensión. Es algo que todos gozamos.
El problema llega cuando se quiere divulgar de cara a un público, sea experto o neófito, pues ahí se necesita, normalmente de la colaboración institucional. Personalmente, no concibo la recreación sin espacios de divulgación, pero eso no debe ser óbice para aceptar cualquier condición.
Que los recreadores no tengamos ánimo de lucro, no debería justificar que otros se lucren con nuestra actividad . Tampoco para que se nos use como reclamo gratuito. Mucho menos para ponerse un pin a costa de nuestro trabajo.
Muchas veces he escuchado aquello de, no yo no cobro por mi actividad recreadora, por que si no, no me llevan a tal sitio, o no cobro por que no es mi propósito, y creo que esto influye en que cada vez más, nos traten como monos de feria.
Si alguien se va a lucrar, o sacar tajada de tu actividad como recreador, por que lo va a hacer, deberíamos exigir que se nos cubran los gastos, y se nos trate con respeto. Las diversas instituciones públicas, cada vez ignoran más esto, en general. Se está poniendo de moda montar eventos de recreación histórica pagando con bocadillos.
Creo que esto está siendo un precedente peligroso. Cada vez más deriva la cosa hacia que en eventos públicos las actividades se cubran con festeros, y los recreadores se dediquen a eventos privados, pues es lo que les llena y donde se sienten valorados. Me apena y entristece, ver que el elemento divulgativo se va perdiendo, cambiándolo por la difusión de tópicos y el cerveceo.
¿La esperanza?, la fuerza de algunos recreadores que están consiguiendo que se respete la calidad, y no se trate a los recreadores como monos de feria, como puede ser Complutum Renacida (la parte desarrollada en el yacimiento, no en el centro de la ciudad).
Tenemos pendiente la asignatura de decir no, cuando no se cubran gastos…o acabaremos siendo monos de feria que trabajen a cambio de bocadillos para que otros se lucren y saquen mérito de nuestra pasión y trabajo. Por que para recrear pagando, tenemos nuestros propios eventos privados, donde al menos, el respeto y el aprendizaje, están garantizados.
1Por citar algunos: Español Solana, Dario (2021) Recreación histórica y didáctica del patrimonio, Ediciones Trea, Asturias.; Almansa Fernández, M. (2014) La arqueología experimental como base de la reconstrucción histórica militar romana, en las Actas del I Congreso Internacional de la Cátedra de Historia Militar pp.221-330; QuesadaSanz, F. (2005) Recreación historica, La aventura de la historia pp. 83,86-89
2Una maravillosa muestra de ello es el Castra Legionis de la Colección Museográfica de Gilena, pero no solo ellos, accediendo al histórico de nuestro Museo Arqueológico Nacional, podemos ver actividades con recreadores como esta http://www.man.es/man/actividades/actividades-extraordinarias/historico-extraordinarias/2019/20190518-dia-y-noche-museos/visigodos.html , por citar solo un par de ejemplos.