Hace ya un tiempo, mientras hacía mis búsquedas e investigaciones sobre la posible mentalidad de un gladiador en su época, sobretodo en el campo de la espiritualidad, de la religiosidad, del rito en definitiva…surgió la idea de preguntarle a recreadores modernos qué es lo que ellos pensaban de la gladiatura, desde lo más superficial hasta lo más interno y cómo habían llegado hasta ahí, como había sido su camino en la gladiatura, desde el motivo que les llevó a ella, hasta lo que fueron aprendiendo y/o cambiando por el camino. Elaboré una encuesta y la mandé a todos los que conocía, tanto españoles como de otros países europeos. La idea es hacer un estudio y publicar las conclusiones al llegar a las 100 encuestas… a día de hoy me hice con un total de 49 respuestas, y leyéndolas me he topado con cosas que me han llamado mucho la atención así que las compartiré con vosotros como avanzadilla del futuro estudio.
Cabe destacar que he agrupado las respuestas por porcentajes (redondeando los decimales) y he descartado aquellas respuestas que solo se daban 1 vez. Vamos al meollo:
A tavés de esta en cuesta he constatado que de los 49 encuestados, solo 1 no había practicado deporte antes de introducirse en la gladiatura, y que de los que sí un 70% había practicado en algún momento de su vida deportes de contacto, principalmente artes marciales.
Un 60% de los encuestados descubrió la gladiatura a través de la recreación, bien por asistir a un espectáculo de gladiatura como espectador, o por tener un amigo recreador que le animó a probar. Del 40% restante los motivos son muy diversos, destacando de manera curiosa el visionado de la película “Gladiator” de Ridley Scott (9%) y la búsqueda por internet que acaba en algún blog de divulgación (5%).
De la relación de preguntas que hice en su día, se desprende que no todo el que descubre la gladiatura decide ser parte de ella, así que pregunté el motivo por el qué dieron ese paso en su día: un poco más de la mitad (54%) fue por la fascinación que le produjo el descubrir que aún se practicaban deportes de la antigüedad y la gana de experimentarlo en primera persona. El resto de casos es una mezcla de experimentación, ganas de probar algo distinto y de ponerse a prueba físicamente a uno mismo.
Una vez dentro del mundo del gladiador moderno, durante sus primeros pasos un 85% de los encuestados veían la gladiatura como la oportunidad de descubrir un nuevo y desafiante deporte, si bien en el 15% restante se juntan respuestas muy interesantes que hablan de descubrirse a uno mismo a través del desafío que eso suponía. La diferencia entre descubrir un deporte, o descubrirse a uno mismo me parece algo que cabe destacar y remarcar.
La gran mayoría de los entrevistados (51%) llevan entre 5 y 10 años practicando la gladiatura, un grupo bastante respetable llevaba más de 15 años (23%) y el resto(26%), menos de 5 años, siendo de estos últimos los recién iniciados un porcentaje marginal (4%). Casi todos entrenan entre 1 y 2 veces al mes (61%), siendo los siguientes más numerosos los que entrenan 1 o 2 veces por semana (27%). Los que faltan hasta completar (12%), entrenan solo durante época de eventos de forma muy variable.
A través del tiempo las opiniones fueron cambiando, y veían la gladiatura de una forma completamente distinta, tomando caminos muy diversos. Más de la mitad (57%) lo ven como una forma de estudiar, entender y divulgar la gladiatura. Un porcentaje cercano (38%) lo ve directamente como una conexión espiritual ligada al pasado (una suerte de ritual a través del combate) y los restantes (5%) lo ven simplemente como un divertimento personal. Quiero destacar que dentro de los que ven una conexión espiritual, hay un pequeño porcentaje (2%) que lo ve (y lo vive) como una manera de superar problemas como la ansiedad o la depresión o sobrellevar un duelo, y que me ha llamado tanto la atención, que intentaré hacer un estudio a parte, ya que personalmente, creo firmemente que esto es algo muy cierto.
Estos pensamientos que acabo de comentar, también llevan a tener una meta, una idea de lo que sería la gladiadura “perfecta” o el objetivo a alcanzar dentro de ella. Dentro de los que en el párrafo anterior ven la gladiatura como una herramienta para estudiar y entender la gladiatura hay dos corrientes diferenciadas, una que busca acercar la historia al público sin más pretensiones (52%), y quien busca entenderla a nivel mas interno, llegar a un entendimiento pleno de como era en época (48%). Dentro del grupo que la ve como algo ritual todos tienen ideas similares que se fusionan en entender uno mismo como era la gladiatura, hacerle entender a los demás ese punto ritual, y poder transmitirlo como una filosofía de vida. En este punto, es increíble como gente de distintos grupos, sin hablar, tienen muy clara la misma idea, a diferencia del anterior grupo, que tienen dos vertientes claramente diferenciadas. En cuanto al 4% que ve la gladiatura como manera de superar problemas, es increíble también como todos han contestado (con diferentes expresiones pero mismo significado), que lo que están haciendo es conocerse a si mismos a través de “sacrificio” que hacen al luchar.
Sobre el aspecto más técnico y visual de la gladiatura, el combate en si, hay tres vertientes principales sobre las que pregunté. En este párrafo veréis que los porcentajes nunca suman el 100% y ese porcentaje que falta, corresponte a los que no contestan esta pregunta. La primera vertiente son los combates coreografiados/teatralizados, sobre los que un 33% opina que no se le puede llamar gladiatura y un 56% (entre los que destaco un 5% que dicen que jamás han visto a nadie hacer eso) que dice que está bien con fines divulgativos, sobretodo ante público infantil. La segunda vertiente por la que pregunté, fueron los combates por asaltos puntuados, en este punto, todos los que contestaron conocen esta modalidad y todos lo han practicado si bien hay un 34% que dice que está bien como iniciación y entrenamiento técnico, pero nada más, frente a un 60% que lo ha establecido como su método tanto de entrenamiento como de lucha. Para terminar, tenemos la vertiente del contacto pleno hasta rendición, en la que hay dos opiniones muy claras. El 34% del párrafo anterior dice que es la forma mas cercana a la gladiatura original a día de hoy, frente al otro 60% del párrafo anterior que dice que son riesgos innecesarios (54%) o que les gustaría probarlo pero de momento no se atreven o no han tenido con quien(6%).
Frente a la pregunta si la gladiatura es competición o no, una aplastante mayoría (91%) no la ve como tal, si bien ninguno acaba de definir con precisión por qué no lo es tirando casi todos por la vertiente de que es un espectáculo para ganar al público (por diversos motivos), frente a un 9% que lo ve directamente como una competición donde siempre hay un vencido y un vencedor (que se encaja casi en su totalidad dentro del porcentaje que ve la gladiatura como un mero divertimento personal).
Ligada a la anterior, iba la pregunta de si hoy en día es o no un deporte, teniendo en cuenta la definición moderna, y aquí mayoritariamente, se piensa que si (un 76%), frente a un 24% que cree que no reúne las características pensadas.
Otra pregunta que ha reflejado datos curiosos es la de si la gladiatura implica riesgos y si estos son necesarios. Absolutamente todos los que contestaron afirman que implica riesgos, si bien hay claras diferencias entre la opinión de si son necesarios o no. Aquí la opinión está en dos bancadas diferenciadas, la que piensa que si, que son necesarios sean cuales sean las consecuencias (76%) ya que si no, no sería gladiatura , y los que piensan que son necesarios hasta cierto límite (22%), ya que hay que medir los golpes y buscar en todo momento la seguridad del rival. El 2% restante contestó que los riesgos no son necesarios, si bien no aportaron ninguna explicación.
A raíz de la anterior pregunta, quise saber cuantos habían tenido lesiones y de que gravedad. Absolutamente todos, incluso los que contestaron que los riesgos no eran necesarios, han tenido algún tipo de lesión, predominan las que son leves (moratones, arañazos, algún esguince) con un 76%, frente a los que han sufrido alguna lesión grave (roturas de ligamentos, de huesos, de dientes), incluso con operación de por medio (24%). Este último porcentaje, salvo dos casos (que representarían el 4% de los entrevistados), está directamente asociado con los que practican el contacto pleno hasta rendición. Destacar que los dos casos mencionados, fueron roturas por malas posiciones, no por golpes.
Quise saber también que estaba en la cabeza de los gladiadores modernos en el momento del combate. Justo antes del combate, casi todos los gladiadores se dividen entre calmar los nervios (40%) y concentrarse en el lo que les viene encima (56%). Durante el combate, una parte importante (82%) reconoce no pensar en nada, dejar la mente en blanco, frente a un 18% que asegura estar concentrado estudiando al rival. Al final del combate hay pensamientos muy dispares, así que solo citaré los más repetidos que son la felicidad (17%), y el analizar como le ha salido el combate (30%).
Notas:
Como podréis observar, hoy no pongo las notas habituales, ya que se trata de un estudio realizado directamente por mí, en función a los resultados de unas encuestas que repartí en su día.
De momento solo presento los datos, ya que toca seguir juntando encuestas hasta llegar a las 100, que es el objetivo que me marqué para hacer un estudio serio. Es mucha información para analizar y contrastar, pero sin duda ha sido una experiencia gratificante para mi. Si conocéis a algún gladiador moderno que quiera participar, podéis decirle que se ponga en contacto conmigo en info@lucius-spiculus.com, le estaría muy agradecido. Si alguien está interesado en conocer o hablar más sobre estos datos, lo mismo.
Imagen de cabecera: Entrenamiento entre Juan Manuel Hernández como tracio de Sangvis Haranaqve y Javier Romay (el que suscribe) como hoplomaco de Lucius Spiculus, bajo la atenta mirada de Jose Javier Verjano y Gregorio Lozano como suma y secunda rudis. Foto de Jose Javier Verjano y Mercedes Sanchez, ambos de Divulgación Histórica Tanit
Agradecimientos:
Quiero agradecer su colaboración a los 49 encuestados, citaré a continuación todos los que me dieron su permiso para publicar sus nombres:
Clara Simons, Daniel Pullus, Gregor Barth, Lydia Noack, Svenja Fabian, Sebastian Thomas, Adrián Mirón, Óscar Madrid, Inma Jiménez, Brice López, Diego Rois, Sara Segura, Fernando Barriales, Sergi Xavier Robles, Aylén Cudós, Antoni Martí, Fernand Sallán, Alejandro T., Daniele Tresoldi, Aper Rossi, Giacomo Colombo, Matteo Carera, Cristina Sánchez, Mario Romero e Ivan «Frogman» Villa.