Hoy vengo a hablaros de algo bastante peculiar y de lo que poco se escribe en general: los exvotos en la gladiatura. Es por ello que, seguramente, aquellos que tengáis interiorizado el término, puede que no os suene ningún exvoto gladiatorio, y más seguro aún, que los neófitos, no sepáis propiamente lo que es un exvoto, por eso la primera parte del artículo voy a dedicarla a contextualizar un poco lo que es en si.

Exvoto, etimológicamente, significa, literalmente “algo que procede de un voto”. ¿Y qué es un voto? O más bien ¿qué es hacer un voto?. Bueno, es sencillamente una petición que se hace a una divinidad, en busca de su favor.

Esto no es exclusivamente romano y tenemos muestras en multitud de culturas. Podemos encontrar ejemplos en culturas precedentes a la romana, como la griega, la etrusca o la gala¹, también en elementos culturares posteriores, ya que es algo bastante manido en el cristianismo² (tanto de época romana como posterior).

El funcionamiento de cualquier voto, en pautas muy generales, vendría a ser el siguiente:

1º) Se solicita un favor a una divinidad a cambio de una ofrenda.

2º) Se recibe el favor solicitado a la deidad.

3º) Se cumple con lo prometido, realizando la ofrenda en el lugar donde se acordó con la deidad.

Esta ofrenda que hacemos para cumplir nuestra promesa, es lo que consideramos el exvoto (recordad que significaba “procedente de un voto”).

Muchos de estos exvotos (que no todos) resultaban en elementos materiales. Estatuillas de diversos materiales, que van de la terracota a los metales preciosos eran bastante comunes, y solían dejarse en lugares de culto y donde pudieran estar a la vista. Algunos iban acompañados de epígrafes mientras que otros, en cambio, eran anepígrafos.

Bien, tras esta pequeña introducción, todos entendemos a un nivel básico lo que es un exvoto. De hecho seguramente ahora mismo estés acordándote de alguno que hayas visto a lo largo de tu vida.

Llegados a este punto, te estarás preguntando que tiene que ver esto con gladiadores. Al principio del texto te decía que poco se escribe sobre los exvotos gladiatorios, y es que tenemos una maravillosa muestra de los mismos, encontrada en Pompeya.

Las crónicas de las excavaciones iniciadas en 1766, y que durarían 30 años, nos dejan varias referencias a “pequeñas piezas de bronce” que representaban versiones en miniatura de las distintas protecciones que se habían excavado en días previos (en referencia a espinilleras y galerus).

No solo tenemos el registro de las crónicas, si no que por suerte tenemos también una suerte de láminas y registros gráficos de documentos contemporáneos a las excavaciones, además de una placa de cobre reflejando estas pequeñas piezas de bronce.³

Entre todas las obras mencionadas en los dos párrafos anteriores, se establece una relación clara entre las protecciones reales y estas pequeñas de bronce, describiéndose en algunos de los escritos originales como piezas muy similares.

Una comparación a simple vista a día de hoy, con los conocimientos que tenemos, nos dejan claro que son representaciones en miniatura, hechas en bronce, metal sacro donde los haya.

La morfología también es peculiar pues todos estos elementos, considerados a día de hoy votivos, tienen una misma estructura, un pequeño aro, unido a una cadena, que a su vez se una a una placa en la cual tenemos pequeños escritos y esta unida por una anilla a la pieza de armadura en miniatura. Laura Forte⁴ lo vincula directamente con un tipo de ofrenda votiva: la ofrenda con tabula ansata.

Los tres elementos votivos podéis verlos en la foto de portada, y están consevados en el MANN⁵, dos en muy buen estado, y el tercero solo parcialmente.

Podemos deducir, por tanto, gracias a estos descubrimientos, que los gladiadores no eran ajenos a las ofrendas a las divinidades, buscando ya fuera la recuperación de una lesión o la suerte en el siguiente combate, las causas podrían ser muchas, y no podemos más que especular sobre ellas. Igual de abierto está el debate sobre a qué deidad irían dedicados estos exvotos, si bien una de las hipótesis que se plantea es que pudiera ser a la fortuna, por la inscripción “FORTU” encontrada en la tercera de estas pequeñas piezas de bronce. No obstante, no solo esta deidad se relaciona con los gladiadores. Nombres que suenan en el mundo académico a la hora de hipotetizar sobre un “panteón” gladiatorio, son Némesis, Marte y Hércules. Personalmente, cuando salgo a la arena a luchar, mis momentos de autosugestión previa, siempre son dedicados a Hércules.

También nos plantea Laura Forte⁶ si estas ofrendas votivas estarían en la caserna de los gladiadores, esperando ser trasladadas y depositadas en su lugar de culto, o si el lugar de culto estaría en algún lugar de esta caserna. Por comparación con otros recintos propiamente gladiatorios encontrados en diversas partes del mundo, se inclina a pensar que el lugar de culto de estos luchadores estaría en el propio anfiteatro, en lugares específicamente creados para ello, como son los sacellum, entre los que me gustaría poner de ejemplo a mi querido anfiteatro de Mérida.

Como conclusión, repetiros que los gladiadores no eran ajenos al mundo espiritual o sacramental, y por tanto participaban de la vida religiosa, haciendo sus ofrendas y teniendo sus materiales votivos. Un detalle que queda ahí para quien quiera aplicarlo a la recreación, por que la calidad, como ya sabréis, está en los detalles.

Notas: