Hay corriendo por internet un bulo sobre un gladiador debido a una mala lectura y traducción de su epígrafe. El gladiador en concreto es Flamma. Así que me propongo hoy explicaros este bulo, desmentirlo y ya de paso, hablaros de la estructura que solían tener los epígrafes gladiatorios, por si alguna vez os encontráis con alguno, podáis entenderlo.
Se dice en internet que Flamma fue un gladiador que ganó 4 veces la rudis, y que las 4 veces la rechazó. Así de primeras, nos suena impresionante, y un caso único y digno de recordar per secula seculorum, peeeeeeero…es falso. ¿Cómo lo sabemos? Muy fácil, nos vamos a ir a la información que nos ha llegado a día de hoy de flama, que es su epitafio1
Flamma s[e]c(utor) vix (it) ann(os) XXX
pugna(vi)t XXXIIII vicit XXI
stans VIIII mis(sus) IIII nat(ione) syrus
hui(c) delicatus coarmio merenti fecit
En este epitafio se nos dice que Flama era un secutor de 30 años, que luchó (pugnavit) 34 veces, venciendo (vicit) en 21 ocasiones, empatando (stans) 9 y siendo perdonado (missus) 4. Como véis el único 4 que hay en su epitafio se refiere a las veces que fue perdonado y aquí es donde está el error de interpretación/traducción, ya que el primero en escribir este bulo (que luego se extendió gracias al cortapega de muchos blogs) entendió missus como que Flamma recibió la rudis, cuando en realidad missus es el perdón del público una vez que el gladiador perdía el combate.
Una vez vista esta lápida, ya nos hacemos una idea de como podían estar escritas en época, pero vamos a aprovechar un estudio de Alberto Ceballos Hornero2 para explicar y resumir, de una manera general, los rasgos comunes a todos los epitafios encontrados en el occidente romano.
Normalmente los encontrados en la zona de la actual Italia, todos tenían como comienzo una fórmula funeraria “Dis Manibus” normalmente abreviada en D.M., si bien en Hispania, Galia y Dalmacia no presentan esta fórmula (salvo 5 excepciones). En Córdoba y la Galia Narbonense en cambio, presentan la particularidad (luego sabréis por qué) de empezar por la armatura del difunto.
El segundo elemento solía ser el nombre del gladiador. Aquí hay un apunte importante, y es que si aparece la tría nómina (o dua nómina en algunos casos) estaríamos ante un auctoratus, un hombre libre que voluntariamente se mete a gladiador, y en el caso de aparecer un solo nombre (el 75% de los casos analizados por Ceballos), sería el nombre “artístico” que usaban los gladiadores que habían acabado en el ludus por ser prisioneros de guerra, esclavos comprados por el ludus o criminales condenados.
Un elemento que aparece en casi la totalidad de los epitafios es la armatura, es decir, la tipología de gladiador en la que había luchado el difunto. De 111 apígrafes analizados en este estudio, solo hay 11 que no muestran la armatura; 6 de ellos por estar incompletos (partes borradas) y los otros 5 no aparece, pero se muestra en el relieve que los acompaña. En total se identifican 13 armaturas, siendo las más frecuentes 5: Murmillo, retiarius, traex, secutor, provocator . Aparecen con abreviaturas como por ejemplo (respetando el orden de la enumeración anterior): MVR, RET, TR, SEC, PROV…
El siguiente elemento que se nos suele dar es el ludus al que pertenecían. Se solía representar poniendo al lado del nombre del gladiador el cognomen del dueño o de la provincia del ludus con el sufijo -anus, por ejemplo “Hostilianus”.
Una de las partes que mas suelen llamar la atención es el “currículum” del gladiador, es decir, sus méritos en combate, las victorias, empates, derrotas… Mayormente solo aparece las veces que lucharon / ganaron, en otras, mas bien anecdóticas se detalla exactamente todos los resultados obtenidos de todas sus luchas (como es el caso de Flamma). Suelen emplearse para esta parte palabras como pugnavit, pugnarum siempre abreviadas, P o PVG por poner un ejemplo. También aparecen (aunque, como hemos dicho, no siempre) las palabras Stans (empates) missus (perdido/perdonado). En algunos epitafios también se mencionan las coronas obtenidas, como en los ejemplos encontrados en Nimes, donde se indican con un “C>” seguido del número de coronas obtenidas y en algún epitafio incluso hablan de “palmae”, que no dejan de ser símbolos de haber salido victorioso.
Otro de los elementos que suele reflejarse en las lápidas de estos gladiadores es la edad de defunción (que no tiene por que ser necesariamente en combate). Aun así, aparece en algo menos de la mitad de todas las analizadas. Suelen usarse fórmulas como annos, annorum o vixit annis, mayormente abreviadas. En unas pocas (3) incluso se detalla la causa de la muerte, no siendo necesariamente esta en combate.
La nacionalidad del gladiador también era algo que se podía mostrar en los epitafios, si bien en el caso de este estudio, solo lo mostraban un 35% de los epígrafes. Cuando aparece se nos muestra con el termino natione normalmente mostrado como “N” o “NAT”.
Por último, en una parte importante de los casos, superior a las ¾ partes, aparece un dedicante, que se hizo cargo del costo de la lápida ya sea este su collegium o su familia, seguido de una fórmula de cierre, como la archiconocida “Set tibi terra levis” o “hic situs est”, que aunque mayormente eran estas dos, existen algunas que varían.
Bueno, y hasta aquí este resumen, para que os hagáis una idea de lo que os podéis encontrar en una lápida de un gladiador, si alguna vez tenéis alguna delante. Quiero recalcar que quitando la explicación de la lápida de Flamma que es cosa mía, el resto es simplemente un humilde resumen del trabajo de Ceballos Hornero, y por lo tanto, mérito suyo, no mío. Os invito a leerlo al completo, lo tenéis citado en las notas a pie de página.
NOTAS:
1CIL X 07297
2Ceballos Hornero, A ( 2003), “ Epitafios latinos de gladiadores en el occidente romano”
Imagen de Cabecera: Iterpretación de cómo pudo haber sido el epitafio de Flamma (solo tenemos el registro del CIL, la lápida ya no existe a día de hoy) Autor: Borja Mirón