Hace tiempo, mientras escribía el artículo sobre otros “oficios” de los gladiadores, me tropecé con una mención a la supuesta participación de gladiadores en la muerte de Julio César en los Idus de Marzo del 44 a.C., pero ante la falta de fuentes para apoyarlo/contrastarlo en aquel entonces, no lo introduje en el mentado escrito. No obstante, lleva escrito en un post it en la pantalla de mi ordenador desde entonces algo tal que así:“¿gladiadores en los idus de marzo?”. De vez en cuando, entre huecos, lo intentaba, hasta que hace una semana tropecé con un artículo del gran Perea Yébenes1 que trata en profundidad este tema, y que pasaré a desmenuzaros aquí:
Según la versión de Suetonio2, los conjurados para matar a Julio César, escogieron la curia de Pompeyo como lugar para el asesinato por superstición, debido a que el día anterior habían visto una señal divina que así lo propiciaba:
“la víspera de los idus, aves de especies diferentes salidas de un bosque próximo se lanzarone n persecución de un reyezuelo que llevando una ramita de laurel se dirigía volando a la curia de Pompeyo, donde lo despedazaron”
Pero Perea Yébenes en el artículo citado, da una razón mucho más lógica: la proximidad del teatro, que formaba parte del mismo conjunto arquitectónico. ¿Y por qué convenía esta ubicación? Pues por que el propio Décimo Junio Bruto (no confundir con Marco, también conjurado), había contratado a una tropa de gladiadores para un munus ese mismo día, aprovechando que eran las celebraciones de Anna Perenna. No es casual que justo el día que tenían pensado matar a César, tuviesen a un nutrido grupo de gladiadores en las proximidades, pagados por Bruto y así nos lo hace saber Nicolás de Damasco3:
“[…] pero los asesinos dispusieron en armas entre el Senado y la columnata del teatro de Pompeyo a aquellos gladiadores que habían preparado antes de matarlo”
Caso que parece confirmarse también al leer otras fuentes como a Apiano4:
“estos gladiadores habían sido armados a la mañana muy temprano para una exhibición en un espectáculo […]”
o a Dion Casio5:
“[…] contaban con la ayuda de los gladiadores, que habían reunido en gran número en el teatro de Pompeyo con el pretexto de que debían combatir”
No obstante, sabemos que la conjura tenía planeado (y así ocurrió) llevar a César al Senado y allí asesinarlo los propios conjuradores, para erigirse como libertadores. Entonces…¿para qué los gladiadores?. Bien, los asesinos del césar no eran tontos, y sabían que podían enfrentarse a serios problemas si no contaban con el apoyo del pueblo (que adoraba a César), y que los aliados de César podría rebelarse, así que procuraron asegurarse una escolta que les protegiese en caso de que sus rivales decidiesen atacar, y en el caos que surgiría tras el asesinato, dónde podían ser vulnerables. Y esto también nos lo dejan claro las fuentes:
“[…]en realidad los gladiadores habían sido situados estratégicamente para dar cobertura al asesinato si los defensores de César hubiesen ofrecido resistencia”6
“[…] por si alguno se hubiera atrevido a oponer resistencia, contaban con la ayuda de los gladiadores”7
“[…]los conjurados escaparon, atravesando el foro, y se dirigieron al Capitolio, con los puñales desenvainados[…] les seguía una caterva de gladiadores y esclavos adiestrada para el momento”8
“De acuerdo con el grupo de conjurados, escoltados por un tropel de gladiadores de Bruto, ocuparon el Capitolio”9
“En este estado de ánimo subieron al Capitolio en compañía de gladiadores”10
En resumen, los conspiradores y asesinos, habían reclutado una tropa de gladiadores y esclavos para asegurarse de que ningún defensor de César se les oponía y asegurar su posición como libertadores, si bien el plan no les salió como quería, pues no contaron con el apoyo del pueblo, y con el uso de gladiadores en la ciudad, solo consiguieron extender el caos y el miedo, como dejan reflejadp esta cita de Nicolás de Damasco:
“También llegó la inquietud a la gente […] pues oían gritos que llegaban por todas partes[…] Algunos decían que los gladiadores mataron a los senadores, otros que César había sido asesinado y que el ejército estaba saqueando la ciudad”11
La verdad es que las consecuencias pudieron haber sido mucho peores de las que se dieron en su día, pero el pueblo no respaldó a los “libertadores” como estos habían imaginado, Antonio evitó meter el ejército en la ciudad, y los soldados veteranos de César de las ciudades cercanas anunciaron que se unirían a Lépido y Marco Antonio contra los conjuradores. Ante esta perspectiva los conjuradores “muy menguados en número, habían reclutado a algunos gladiadores y a otros que habían estado manifiestamente en contra de César”12 para huir de la ciudad.
NOTAS:
1Perea Yébenes, S; El papel de los gladiadores en la trama criminal de los idus de marzo del 44 a.C. según la Βίος Καίσαρος de Nicolás de Damasco. Gerión 2012, vol.30, pp.169-184
2Suetonio, Vida de los 12 césares, Cesar, 81·3
3Nicolás de Damasco, Vida de Augusto, 98
4Apiano, de Bellis civilibus II·118
5Dion Casio, Historia Romana, XLIV·16·1-2
6Nicolás de Damasco, Vida de Augusto, 98
7Dion Casio, Historia Romana, XLIV·16·1-2
8Nicolás de Damasco, Vida de Augusto, 94
9Veleyo Patérculo, Historia de Roma, II·58·1-2
10Apiano, de Bellis civilibus, II·120
11Nicolás de Damasco, Vida de Augusto, 92
12Nicolás de Damasco, Vida de Augusto
Imagen de cabecera: Muerte de César, de Jean-Léon Gérôme (1867) Fuente: Wikimedia Commons