La semana pasada os hablaba de la catarsis que se da entre público y gladiador, según las fuentes históricas. Esta atención que reclama el gladiador sobre el público, sin bien transformada del rito al ocio, parece no haber abandonado nuestro mundo aún en días actuales, y hoy precisamente vengo a hablaros de ello: la gladiatura en las pantallas.
Si tomamos como referencia del inicio del cine las primeras proyecciones de los hermanos Lumière en 1885, poco tardó el cine en llevar los gladiadores a la gran pantalla, ya que Enrico Guazzoni en 1912 los representaría en la primera versión cinematográfica de Quo Vadis1, inspirandose en el famoso cuadro Pollice Verso, de Jean-Leon Gerome. No obstante hasta el 35 no veríamos otra película en la cual los gladiadores formaran parte, y hubo que esperar al peplum italiano de los años 50 y 60 para ver el auténtico estallido de esta temática.
En general, en todas estas producciones, los detalles históricos están mas bien poco cuidados, y son pocas las películas que podemos destacar por este factor, especialmente en este estallido del peplum, donde se usa la figura del gladiador, generalmente, como una especie de libertador del pueblo luchando contra el opresor de turno. Como dice Lillo2 son “cintas menores en las que primael espectáculo barato e intrascendente”.
No obstante, quiero rescatar de este paquete que acabo de hacer, el Espartaco de Kubrick (1960), por ser la primera película (que un servidor conoce, al menos), que dentro de lo posible, teniendo en cuenta que está basada en la novela de Howar Fast, y la idea principal de esta es realzar la lucha “contra el tirano opresor”, empieza a cuidar ciertos detalles, como puede ser las estancias y apariencias del ludus, y las jerarquías dentro del mismo, dándole cierto protagonismo al doctore, y mostrando la labor del lanista. Si bien es bastante desacertada la representación de los distintos gladiadores y las luchas, por ejemplo emparentando a un retiario con un pseudotracio.
No solo por esto querría destacarla, si no por ser una obra referencia, que alcanzó gran fama y llegó a un público muy grande, poniendo en primera plana la figura del gladiador, hecho que estoy firmemente convencido que influenció y potenció la aparición de películas de gladiadores en adelante.
Pasarían 13 años desde el Espartaco interpretado por Kirk Douglas hasta que apareció la siguiente película que quiero comentaros: The Arena (original: La rivolta delle gladiatrice)3. Esta película es ciertamente especial por que es la primera que trata la gladiatura femenina como tal, dándoles el protagonismo de la película a ellas. Hoy día está asumido que las gladiadoras existieron, aunque en menor medida que su contrapartida masculina, pero en 1973 los estudios académicos sobre gladiadores eran en general bastante escasos y pasaban por encima de las mujeres en la arena. La película en si es bastante pobre, pudiendo catalogarla de serie B, pero creo que es importante destacar este film. Dato curioso que Pam Grieg, la actriz que interpreta a la retiaria, parece llevar la misma manica empleada por Woodie Strobe (Draba, el retiario) en el Espartaco de Kubrick.
Saltándonos algunas producciones intermedias, el verdadero “estallido” moderno de la gladiatura se la debemos a Gladiator (Ridley Scott 2000). Esta gran producción de Hollywood volvió a traer la figura del gladiador al gran público como no se había hecho desde Espartaco. El film, que se centra en la vida de un legado romano convertido en gladiador no solo obtuvo una recaudación 4 veces superior a su coste, y ganó multitud de premios (entre los que destacan 5 óscars) si no que sirvió de pistoletazo de salida a grandes publicaciones académicas como puede ser Das Spiel Mit Dem Tod, de Junkelmann.
El rigor histórico de la película es bastante cuestionable, introduciendo elementos de pura fantasía en casi todo el film, con algún trazo de fondo de elementos históricos. Uno de estos elemento es la rudis del lanista, Próximo, que nos habla de la posibilidad de la libertad para los gladiadores a través de la rudis, si bien se nos presenta como una espada de madera grabada, cuando nada se sabe al respecto, más allá de que se otorgaba la rudis para liberar a los gladiadores, como se nos comenta en el poema de Marcial en referencia a Prisco y Vero4. Desde luego, nada de lo mostrado en la arena, ni los combates, ni las armas o protecciones pueden ser tomadas por históricas, por mucho que Ridley Scott proclamase que su película reflejaba fielmente la vida romana.
Breve mención quiero hacer aquí también a la serie Roma de HBO a la que tengo mucho cariño por, precisamente, traer el mundo romano a las pantallas de las televisiones de millones de personas, y que en su capítulo 11 de la primera temporada, quiere mostrar a una de sus protagonistas, Pulo, en una lucha de gladiadores. De nuevo tenemos la dicotomía: esta escena trae de vuelta la atención del público a los gladiadores, pero los representa de una manera totalmente distorsionada. Cierto es que alguien podía ser condenado a luchar en la arena con gladiadores para morir, que es la escena que (creo) pretenden representar, pero desde luego ninguno de los participantes usa el equipo de un gladiador.
Otra serie dedicada exclusivamente a los gladiadores y que les dio gran notoriedad entre el gran público, ha sido “Spartacus, Sangre y Arena”. Sin duda, es una delicia visual de la serie, e introduce conceptos como los gladiadores rudiari (aquel gigantón albino que se había retirado y volvía para luchar, precisamente, contra los gladiadores de Léntulo), vuelve, de nuevo, a traer a colación la importancia del doctore, las gestiones del lanista, y la distribución del ludus, con diferentes estancias pero, quitando eso, es pura fantasía. Las equipaciones de los gladiadores, si bien ligeramente más próximas a la realidad que otras producciones, con algunos elementos bien escogidos, como el escudo de Craso, que hace de murmillo, siguen siendo fantasía por la mezcla que se hace y la distorsión de estos elementos (por ejemplo los cascos con esas alas cortadas y que se cruzan en el visor).
Para terminar, deciros que me he dejado muchas películas y series en el tintero, pues no caben en un breve artículo como este, como puede ser Pompeya (con Kit Harington de protagonista), que tuvo su fama en su día pese a ser pura fantasía. O las escenas de”La legión del águila” donde se representa algo que pretende ser gladiatura. También quiero hacer mención a la proximidad de un lanzamiento a la vez esperado y temido: Gladiator 2, que saldrá en 2024.
2Lillo, F. (2011) Gladiadores: mito y realidad, Evohé, p.122
4Marcial, Liber spectaculorum, XXVII (XXIX)