Hoy en la sección entrevistas, tenemos una que me hace especial ilusión, entrevistamos a Juan Tranche, impulsor de este proyecto casi tanto como yo mismo, pero no solo eso, si no un gran amigo que en breves da a luz a su primera novela. Sé que él es un gran enamorado de la gladiatura y que investiga mucho sobre ella, así que sin más, os dejo con las preguntas que le hemos hecho desde el proyecto, para que lo conozcáis un poco más a él y a su labor.
-¿Cómo comenzó tu pasión por la gladiatura?
Empezó por casualidad. Hace años leí la biografía de Julio César y aquel libro cambio mi vida. Empecé a devorar todo lo que tuviera que ver con Roma y con el divino Julio. Quien, además, era un seguidor incondicional de los gladiadores «scutorum». De hecho, tuvieron que tomarse medidas porque en Capua tenía mil hombres de estos luchadores a quienes llamaron Iulianii. Poseer una tropa de gladiadores adiestrados en el uso de las armas no fue del agrado del senado quién prohibió que esto pudiera volver a ocurrir. Aquello me hizo investigar más e interesarme por este fantástico mundo del que ya no he podido dejar de aprender desde entonces.
-Sabemos que en unos días sale a la venta tu primera novela histórica, que versa sobre gladiadores ¿Cómo surgió la idea de la novela?
Por dos motivos. El primero es porque todo el mundo ha oído hablar de gladiadores. Desde los más mayores hasta los adolescentes conocen o han escuchado la historia de los hombres que en la arena de un anfiteatro arriesgaban su vida, enfrentándose a su destino con valentía, coraje y determinación. Pero, si salimos a la calle y preguntamos por el nombre de algún gladiador que existiera de verdad, muy pocos podrían decirnos uno que realmente se enfrentara en un anfiteatro. La gran mayoría se remite a Máximo, el personaje de ficción brillantemente interpretado por Rusell Crowe en la película gladiator, pero que, lamentablemente para muchos, no existió. Con un poco de suerte algunos nos mencionaran a Espartaco, que, si bien éste sí fue un gladiador, se hizo famoso por liderar una rebelión de esclavos, no sabemos, porque ninguna fuente nos habla de ello, si fue un buen o mal luchador. Por ese motivo traté de buscar quién pudo ser el mejor gladiador de todos los tiempos y contar todo lo que quería narrar bajo su nombre. Sin embargo, el motivo más importante, fue una idea que empezó a rondar por mi cabeza, y no era otra que contar la historia de dos amigos que se vieran obligados a luchar en un anfiteatro ante miles de personas. De ese modo, podía acercar el mundo de los gladiadores tratando de ser riguroso. Ahora bien, el cómo, pero sobre todo el por qué los dos amigos se enfrentan podrán descubrirlo a partir del 11 de febrero.
-Siguiendo con la novela ¿Cómo fue todo el proceso, desde la idea hasta el punto y final del último capítulo?
Apasionante. Todo empezó como un sueño y se ha convertido en uno de los viajes más bonitos que he hecho en mi vida. Sin duda no habría sido posible sin la paciencia de Isa, mi mujer, y de mis hijas, Aitana y Chloe, a quienes he tenido que privar de muchas horas de mi tiempo. Pero desde que escribí la primera palabra, hasta que la anuncié en las redes sociales, independientemente de cuál sea la crítica y el resultado, la aventura sin duda ha merecido la pena. La novela la escribí en mi tiempo libre y los fines de semana. Tengo mi trabajo y solo podía escribir a partir de las 8 de la tarde y hasta las 12 de la noche, más o menos. Los días que no me sentía inspirado o estaba muy cansado aprovechaba para investigar y tratar de mejorar la estructura. Y aquellos en los que las teclas volaban solas me daba rabia cuando tenía que parar para irme a descansar. Todo ha sido un cúmulo de sensaciones increíbles, difíciles de explicar, pero que he vivido con mucha intensidad. Me he emocionado mucho en cada paso, cuando puse el punto y final, cuando la editorial, Suma de letras, me dijo que la publicaba, cuando vi la portada, cada vez que alguien me escribe diciendo que tiene muchas ganas de leerla, todo está siendo un sueño muy bonito. Me siento como una cometa volando en el cielo que no quiere que la recojan. Soy la prueba de que si tienes un sueño, lo persigues y te esfuerzas por conseguirlo se puede hacer realidad. Vamos… como un gladiador que ansía la rudis, pero sin arriesgar mi vida.
–¿Por qué Spiculus, y no otro gladiador, como Hermes, o Prisco y Vero?
Sencillamente porque Spiculus dispone de más referencias escritas que ningún otro gladiador y esto, en una época donde eran considerados infames y nadie quería escribir sobre ellos, es decir mucho. Incluso, disponemos de algunos elementos arqueológicos que nos han llegado, merchandaising de aquellos tiempos.Analicé a otros gladiadores y comparé aquello que las fuentes o los epitafios nos cuentan que habían recibido, y ninguno obtuvo nada comparable con nuestro protagonista. Además, fue el gladiador favorito del emperador Nerón, que es sin duda uno de los césares más controvertidos que hubo y cuya vida me apasiona. Aquello fue un flechazo y no quise perder la oportunidad de escribir sobre ellos.
–Pregunta polémica: cuál es tu opinión sobre el eterno debate entre las novelas históricas y el ensayo histórico. ¿Debe tener o puede exigírsele a una novela histórica, rigor histórico?
Es una pregunta difícil, aunque la respuesta no debería serlo tanto. Da igual si es a través de una novela histórica, un ensayo o un comic, lo importante es acercar la historia del modo en el que cada uno se sienta más atraído. La novela histórica cumple su función, que no es otra que entretener de un modo distinto a un ensayo, debido a que te puedes tomar licencias, dar giros y sobre todo ofrecer una pátina distinta y de aventuras, hacer una crónica que de ninguna manera puedes ofrecer en un libro de rigor académico donde tienes que contar los hechos tal y como reflejan las fuentes. En novela histórica cuando algo no está documentado el autor, necesariamente, tiene que cubrir esos vacíos. El gran error, para mi, es leer una novela histórica, por muy creíble que nos parezca, y creérselo todo a «pies juntillas» dando todo lo que leemos, por cierto. Aunque esto no es culpa de los autores. El ejemplo más claro lo tenemos en Gladiator, con todos sus errores, ha hecho muchísimo por la divulgación llegando a millones de personas. Ahora bien, no hay que quedarse con eso datos. Yo recomiendo, si una historia te ha gustado, investigar, leer a historiadores, ensayos, novelas y tratar de aprender haciéndose preguntas y abriendo tu mente a otras opiniones y a la gente que ha estudiado sobre el tema. Además, gracias a las redes sociales, es algo muy enriquecedor y puedes llegar a conocer a grandes personas a las que les apasiona el mismo tema a que a ti, como es nuestro caso. La historia es para contarla y disfrutarla, independientemente del modo en el que la consumamos. No encuentro donde está el debate, todos pueden convivir.
– ¿Cuál es tu opinión sobre el estado actual de la divulgación en nuestro país? ¿Está la sociedad interesada en conocer su propia historia?
Joaquín Bartrina allá por el siglo XIX ya decía: Oyendo hablar a un hombre, fácil es saber dónde vio la luz del sol. Si alaba Inglaterra, será inglés. Si reniega de Prusia, es un francés y si habla mal de España… es español. Creo que esto ha cambiado poco. Nos avergonzamos de nuestra propia historia. Sin embargo, cada vez hay más grupos en nuestro país preocupados no solo contar las cosas, sino por contarlas bien. Hay fiestas de recreación en España que son una maravilla, pero que son conocidas solo por los que son oriundos de esa región o por los avezados en la materia. En Madrid, que es donde yo vivo, solo los que nos interesamos por este tema conocemos donde podemos disfrutar de eventos, porque las administraciones no se gastan dinero en dar a conocer nuestra cultura. Terminó con otra cita, en esta ocasión de Santayana: “Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo»
-¿Cual es tu opinión sobre la recreación gladiatoria, en nuestro país y en Europa?
Cada vez, como decía antes, hay más grupos preocupados por hacer las cosas bien. Cuando he llevado a amigos a ver una lucha de gladiadores, por primera vez, quedan asombrados y con ganas de más. Así que espero que pronto podamos disfrutar de más eventos que acerquen la gladiatura y su historia a más gente y espero, aunque lo dudo, que las administraciones apuesten un poco más por la cultura. En mi caso, espero poder viajar más no solo a España a ver a los estupendos grupos que tenemos, sino a Italia a Croacia o a Francia, donde también viven la gladiatura con mucha pasión, a ver a otros grupos en acción para seguir disfrutando y aprendiendo.
-¿Que te gustaría ver a día de hoy en la gladiatura, que no exista?
Algo que ya se hablado y me llama mucho la atención es un día completo en la vida de un ludus. Desde ver como entrenaban, que comían, hasta como combatían. Esto puede ser una oferta muy atractiva para el público. También me gustaría disfrutar de un certamen. Una muestra donde los grupos propongan una recreación completa y se pueda valorar desde la puesta en escena hasta los elementos que han utilizado. Aunque ahora mismo me conformo con poder salir y volver a ver a los fantásticos grupos que hay en España. Mientras tanto, les recomiendo acercarse a la historia de los gladiadores el próximo día 11 de febrero, de la mano de Spiculus y sus protagonistas.