En el año 1956 la revista France Football entregó el que sería el primer balón de oro de la historia del deporte rey a Stanley Matthews1, jugador que defendía la camiseta del Blackpool. En Tenis, la ATP empezó a computarizar los éxitos individuales en el año 1973, siendo el primer tenista número uno del mundo de esta asociación Ilie Nastase2.

En EEUU, la NBA viene otorgando el MVP (el jugador más valioso) en cada temporada, siendo el primero en conseguirlo Bob Petti en la temporada 1955-563. Así podríamos seguir prácticamente con todos los deportes.

¿Pero es esto algo exclusivo de nuestra sociedad? ¿Medían en la antigüedad los éxitos deportivos individuales de algún modo?

Debemos remontarnos al año 776 a. C. fecha en la que se datan los primeros Juegos Olímpicos en Olimpia, Grecia. Grandes atletas y guerreros considerados héroes, esto es, únicamente varones, conquistaron el corazón de miles de griegos. Las mujeres tenían completamente vetado el acceso al recinto.

En esos primeros Juegos, un panadero, Corebo de Élide4, fue el primer atleta en ganar la carrera de velocidad, también conocida como stadion, por ser precisamente un estadio (192,27 metros) la distancia que había que recorrer. Otro gran atleta fue Leónidas de Rodas5, quien ganó doce coronas olímpicas y fue laureado como un héroe por sus compatriotas.

Sin embargo, si hay un deportista famoso en las Olimpiadas griegas fue, sin duda, un discípulo de Pitágoras, el luchador Milón de Crotona6, capaz de acumular tantas leyendas como éxitos. Fue, nada más y nada menos, seis veces campeón olímpico. De su fortaleza se cuenta desde que era capaz de levantar un ternero a diario hasta que podía arrancar un árbol o doblar una moneda de bronce tan solo usando sus manos.

Aunque bien es cierto que para los romanos las carreras de cuadrigas suponían lo que hoy llamaríamos su “deporte rey”, sabemos que las luchas de gladiadores también levantaban pasiones entre las miles de almas que poblaban el Imperio. Pero, ¿quién fue el mejor gladiador de la época romana?, ¿cómo podemos medir al más grande de todos ellos en una sociedad que consideraba infames a estos luchadores y que, tal y como los conocemos, entretuvieron a las masas durante más de quinientos años?

Sería prácticamente imposible determinar quién pudo ser el más célebre luchador de todos los tiempos, teniendo en cuenta que la mayoría de los escritores de la época eran reacios a escribir las hazañas de personas consideradas infames, pues consideraban que no tendrían un gran público lector. Muchos de los nombres de gladiadores que nos han llegado se debe, seguramente, a su pericia en el combate, haciendo inevitable, incluso para los que no los consideraban ni personas, ser merecedores de pasar a la historia por sus proezas, heroicidad o fuerza. En la mayoría de los casos, nos encontramos con una referencia que cita la peculiaridad de dicho luchador. Atendiendo a este detalle, el gladiador del que más referencias nos han llegado es Spiculus, citado en tres ocasiones por dos autores: Suetonio y Plutarco. Su nombre, además, se halla en diferentes elementos encontrados en excavaciones tanto en Francia como en Portugal.

Veamos cuales son, por tanto, las referencias que nos encontramos sobre este excelente gladiador. La primera referencia literaria que tenemos sobre Spiculus (Espículo) procede de Suetonio.

(…) Al citaredo Menecrates y al mirmilón Espículo les regaló patrimonios y mansiones, como si fueran ciudadanos que hubieran recibido los honores del triunfo. (…). 7

La referencia más importante de todas es la que hace el propio Suetonio cuando el Senado de Roma considera a Nerón enemigo del pueblo.

(…) Luego, se puso a buscar enseguida al mirmilón Espículo o cualquier otro sicario que le diera muerte con sus manos, pero, al no encontrar a nadie, exclamó: Así pues, ¿lo de hacer yo mismo?(…) 8

Por último, tenemos a Plutarco9 que nos cuenta como sucedió finalmente la muerte de Spículus, hecho que queda perfectamente novelado en “Spiculus: dos amigos enfrentados a muerte en la Roma de Nerón”10.

La primera referencia visual sobre Spiculus la encontramos en una pintura en Pompeya, que nos habla de su primera victoria contra Aptonetus, aquel que había ganado dieciséis veces.

En una excavación en Portugal se encontró una lucerna, actualmente en el Museu de Conimbriga, donde se muestra a Spiculus luchando con el pugio. Su nombre aparece escrito en la parte superior como segunda referencia visual. A pesar de la existencia de un anfiteatro en la ciudad de la actual Coimbra, no hay posibilidad de saber si Spiculus luchó allí. Lo que sí nos muestra es la popularidad que alcanzó.

Por último, en un vaso hallado en Francia, actualmente depositado en el Corning Museum of Glass de Nueva York, aparecen representadas las cuatro parejas de gladiadores más famosas del momento junto a sus nombres. Entre otros, figura Spiculus en la parte superior izquierda. Como conclusión, el hecho de que nos hayan llegado tantas referencias de un solo gladiador hace que sea, sin lugar a dudas, el más grande de su época y, a buen seguro, uno de los mejores gladiadores de todos los tiempos.


NOTAS:

1https://www.francefootball.fr/news/1956-stanley-matthews/422744

2https://www.atptour.com/es/players/ilie-nastase/n008/overview

3https://www.nba.com/history/legends/profiles/bob-pettit

4Coroebus en Smith, Dictoniary of Greek and Roman Biography and Mithology, volumen 1 página 859, consultado el 03/01/2021 aquí

5Pausanias, Descripción de grecia 6·13·6

6Harris, H.A. (1964). Gfreek Athletes and Athletics. Londres, Hutchinson& co pp.110-113

7Suetonio, Vida de los doce Césares, Nerón XXX

8Suetonio, Vida de los doce Césares, Nerón XLVII

9Plutarco, Vidas paralelas VII

10Spiculus: dos amigos enfrentados a muerte en la Roma de Nerón, Juan Tranche, Madrid, Suma de Letras, Febrero 2021.


Imagen de Cabecera: Grafiti parcial de Spiculus hallado en Pompeya                       Fuente: Washington and Lee University Digital Archive