Los gestos de mano

 

Una de las polémicas mas concurrentes a día de hoy, son los gestos de mano para pedir la vida o la muerte del gladiador al término del combate. Lo cierto es que en los espectáculos que podamos ver en las distintas fiestas históricas nos encontraremos una amplia amalgama de opciones, y todos nos dan por cierta la suya, y sin mentir. Yo mismo en el pasado apostaba claramente por una de estas opciones desestimando el resto, pero lo cierto es que hay poca información específica sobre el tema.

Si nos vamos a las fuentes escritas, encontramos pocas, que yo encontrase que hicieran referencia directa al veredicto de muerte o vida para un gladiador, dos. La primera de ellas, de Juvenal1, y reza así:

[…]inflados carrillos conocidos en las ciudades, dan ahora combates de gladiadores, y cuando el publico lo ordena volviendo el pulgar, degüellan indiscriminadamente.”

La segunda, de Prudencio2, nos dice lo siguiente:

[…]cuantas veces el vencedor hunde su espada en el cuello del adversario ella le llama «sus delicias» y la modesta virgen, con su pulgar girado, manda que se destroce el pecho del caído.”

Estas citas realmente no nos muestran un gesto claro, si no una acción que implica al pulgar, pero nada que esté perfectamente definido, con lo cual nos deja muchas dudas en el aire.

¿Y que pasa con las fuentes arqueológicas? Tenemos algunos hallazgos arqueológicos de medallones, relieves,objetos decorativos y frescos en los que se pueden ver ciertos gestos de mano, principalmente de los suma rudis y de los propios gladiadores, pero aunque podemos ver en algunos casos perfectamente los gestos de mano, lo que no podemos atestiguar con total certeza es si ese gesto se usaba para la decisión de vida y muerte.

Como vemos, no podemos asegurar sin riesgo de equivocarnos, cual era el gesto o gestos usados para decidir sobre la vida de un gladiador. No obstante, sí podemos asegurar que el pulgar era pieza decisiva en estos gestos. Tenemos una cita de Macrobius3 haciendo referencia a la importancia que se le daba a este dedo en la gestualidad romana (no solo en el anfiteatro), que nos viene a decir que el dedo pulgar es el que domina al resto de la mano y el adecuado para portar anillos por su posición de poder. También Corbeill4, reúne en sus estudios numerosas citas, desde el propio Macrobius, pasando un jurista llamado Capito o un escritor de nombre Lactantius hasta incluso de Isidoro de Sevilla y acaba concluyendo que los romanos dotaban a este dedo de un poder especial, investigando también etimológicamente la palabra, concluyendo que “pulgar” (pollex en latín) deriva del hecho de que este dedo “tiene poder” (pollet).

Llegados a este punto, es obvio que no puedo ofrecer una verdad absoluta, pero si os mostraré la hipótesis que mas me ha cautivado hasta el momento, ampliamente justificada y que está firmada por Dario Battaglia5

Según el italiano, el gesto para la muerte sería el famoso “pollex versus”. Hace referencia en su estudio a las dos citas del principio de este mismo artículo, que en latín rezan polex “verso” y polex “converso”. Estos dos adjetivos (verso y converso) harían referencia a la dirección en la que el pulgar apuntaría, como si quisiesen indicar hacia donde debería dirigir el gladiador la espada, siendo esto reflejado en la frase Prudencio6 anteriormente citada. También nos dice que esto sería más una autorización para matar que una petición de muerte en si. La pose de la mano en esta postura de pollex verso o converso la justifica en diferentes representaciones, una de ellas, la tumba de Scaurus en Pompeya (imagen de cabecera), donde se ve a varios gladiadores, que una vez terminado el combate, hacen este gesto. Un ejemplo más cercano a nosotros lo tenemos en el MAN, donde en el mosaico del retiario Kalendio contra el secutor Astyanax muestra este gesto uno de los suma rudis, y parece confirmar el veredicto el hecho de que la letra Θ (theta) aparece al lado del nombre de uno de ellos, confirmándonos su muerte. En esta postura lo secunda Davide Nardoni7

Para el gesto de la vida nos dice que sería la posición de “pollex pressus” o “pollex premere”, que es básicamente “apretar el pulgar”, pudiendo cerrarse el puño con el pulgar dentro o posturas similares en las que el pulgar este presionado contra la palma o los demás dedos. Para ello, nos cita entre otros a Plinio el viejo, explicándonos que este gesto simboliza la aprobación y el otorgar tu favor a alguien en la sociedad romana. Cita Dario en esta ocasión también referencias arqueológicas, si bien la que me parece más curiosa es el medallón de Cavillargues (imagen del pie de página, cedida por Mº Engracia Muñoz), donde se muestra la escena de dos gladiadores que lucharon y fueron perdonados (así reza en las inscripciones del medallón , “Stantes missi”), y en el que se ve al suma rudis haciendo un gesto bastante similar, si bien no atrapando por completo el pulgar. En esta teoría lo secunda Corbeill.

Como he venido diciendo a lo largo de todo el artículo, creo que no tenemos evidencias suficientes para poder asegurar con total certeza como eran estos gestos, pero hasta la fecha la hipótesis que más me convence, por todo el trabajo de investigación realizado y las fuentes documentales y arqueológicas aportadas es la de Dario Battaglia. Os invito a leerla con calma, ya que lo aquí expuesto, no es mas que una breve conclusión.


NOTAS:

1Juvenal, Sátiras III·35-37

2Prudencio, contra Símaco (Symmachum) II·1900-1915

3Macrobius, Saturnalia 7·13·14-145

4Corbeill, A.; Nature Embodied: Gesture in ancient Rome, Priceton Univesity Press, 2004, cap. 2

5Battaglia, D.; Ventura, L.;De rebus gladiatoriis, dal gymnasion al ludus attraverso i sepolcri, Asociazione Ars Dimicandi , 2010 pp. 293-312

6Dario cuenta que el pulgar de la dama nombrada por prudencio, estaría “girado” hacia el pecho del gladiador vencido.

7Davide Nardoni, I gladiatori romani, Roma, 2002 pp.110-11


Imagen de cabecera: Dibujo de los relieves de la Tumba de Scaurus en Pompeya (Fuente: flickr.)
Imagen de pie: Medallón de Cavillargues, Museo de la Romanidad de Nimes, (fuente: foto cedida por Mª Engracia Muñoz-Santos)