Monografía: El Hoplómaco

Hoy vengo a hablaros, en formato monografía, sobre unos de mis gladiadores preferidos: el Hoplomaco.

Quizá no sea una de las armaturas más conocidas por el neófito o ajeno al mundillo, pero dentro de la recreación, al menos, es uno de los más socorridos de los que gustan de las armas de hasta, y es que es una característica diferenciadora de esta armatura, y cuasi exclusiva: el uso de la lanza.

Pero empecemos por el principio, ¿cuáles son los orígenes de este gladiador?. Por las fuentes que he podido consultar y que os expongo a continuación, surge en la república tardía. Así, hemos podido encontrarlo en algunos relieves como el de Fianno Romano1, o en el del museo de Chieti, ambos datos de la segunda mitad del S.I a.C. También tenemos alguna referencia escrita a este tipo de gladiador la tenemos en un escrito de Séneca el viejo, donde alude a que “algunos luchan muy bien contra hoplómacos”2 , texto datado de los primeros años del S.I d.C. También hay menciones epigráficas de los primeros años de nuestra era3. Sabemos que por lo menos duró hasta el S.III, que es la última referencia que tenemos de este tipo gladiatorio, en un mosaico4.

Numerosos autores han escrito sobre la aparición de este gladiador, si bien su desarrollo o procedencia, a día de hoy, muestra dos teorías distintas. La aceptada por el mundo académico a día de hoy, y por tanto, la más “segura” (si es que podemos hablar de seguridades en historia), es aquella que defienden historiadores como Mañas5, Nossov6, Gilbert7 o Junkelmann por nombrar algunos, filólogos como Lillo8 también plantean esta teoría, que no es otra que es una herencia del mundo griego y sus soldados de falange: escudo redondo, grebas en ambas piernas y lanza. La palabra “hoplo”, del griego, que hace referencia al equipamiento de un soldado hoplita, vendría a respaldar esta teoría. Lo único que no me acaba de cuadrar, como recreador, es el tipo de lucha hoplítica, más pesada y estática, con la del gladiador hoplómaco, que es bastante dinámica. Por eso quiero hacer referencia a otra teoría, no tan respaldada, pero que desde el punto de vista de un recreador, tiene mas pragmatismo. Esta teoría es la desarrollada por Ventura y Battaglia9, en la que desarrollan que estes gladiadores derivarían de los peltastas tracios que, dentro del ejército heleno, desarrolarían funciones mas móviles, empleando pequeñas lanzas o jabalinas, y escudos más reducidos en tamaño, asemejándose de esta manera, bajo mi opinión, al gladiador y su estilo de lucha.

En cuanto a los emparejamientos de esta tipología gladiatoria, sabemos que era frecuente verlos contra tracios y contra murmillos, lo que nos da a entender que era un gladiador muy polivalente, que tanto se podía enfrentar a un scutarius como a un parmularius (su propia categoría).

Una vez terminada la breve introducción de costumbre, pasaremos a hablar de su equipamiento, que en cierta manera, quizá os suene repetitivo, ya que comparte bastante con el tracio, del que ya hemos hablado en otro post.

Casco/Yelmo

Si bien no tenemos ningún ejemplar físico que haya sobrevivido (o hayamos encontrado a día de hoy), tenemos abundantes fuentes en grabados, frescos y relieves de la forma de este casco, que comparte su morfología con los cascos de tracio (pero sin grifo en su cresta) y en algunos grabados, con la tipología chieti del murmillo. Lamento no poderos dar mas datos, o precisarlos mejor, como en otras monografías, pero como comprenderéis en este caso me es imposible, si bien podéis acudir a otras monografías y compara los cascos que os he citado y os muestro en las imágenes, ya que al ser morfologías similares, podemos guiarnos por esos pesos referencia.

 

Grebas:

En este elemento en particular, es donde os adelantaba que se os antojaría repetitivo, ya que usan exactamente las mismas que el tracio.

“A mayores de las protecciones acolchadas que llevarían cubriendo tanto sus piernas como sus muslos, llevaría por encima unas grebas metálicas a modo de espinilleras modernas. En esta armatura, las grebas se caracterizan por su gran tamaño, siendo las mas grandes entre los gladiadores, cubriendo desde el tobillo hasta sobrepasar ampliamente la rodilla, cubriendo parcialmente el muslo. Las grebas de este tipo que han llegado a nuestros días se han encontrado en Pompeya, y aunque comparten morfología, varían mucho en su decoración, desde las que son completamente lisas, con un pliegue a la altura de la rodilla, hasta las totalmente opulentas con detalles estéticos en toda su superficie.

En cuanto a los detalles técnicos, cogiendo los datos de los diferentes modelos, su altura oscila entre los los 522 y los 575 mm. Su anchura entre los 197 y los 215 mm. Si hablamos de peso, las mas ligeras están en 2,2 kg y las mas pesadas en 2,5 kg. ”

Escudo:

Tenemos, también en este elemento, la falta de encontrar alguna pieza física, así que los datos técnicos se me antoja complicado ofrecéroslos, pero si que entraré en un pequeño debate. La mayor parte de las fuentes reflejan escudos semiesféricos, que cubren desde la mano hasta pasado un poco el codo, lo que nos deja, aproximadamente unos 50cm de diámetro, a ojo de buen cubero.

Estatuilla Neues Museum

La teoría nos dice que este tipo de escudos, harían resbalar los golpes hacia los lados, y al ser un escudo probablemente embrazado, haría más complicado el dar golpes ofensivos, si bien no es imposible, habiendo visto personalmente a recreadores que consiguen usarlo de esta manera tras un tiempo de entrenamiento.

Relieve de Fiano Romano

No obstante, también tenemos fuentes que nos apuntan a que pudiera ser el escudo del hoplómaco una pármula circular pero plana o con muy poca convexidad. Son las menos, pero siguen estando ahí, como es el propio relieve republicano de Fiano Romano, anteriormente citado, o el vaso encontrado en Begram, Afghanistán, datado de mediados-finales del S.I d.C.

Vaso de Bagram

Puñal:

El puñal del hoplómaco se lo vemos siempre empuñado en la mano, bien sea con la misma del escudo, mientras empuña la lanza en la contraria, bien con el escudo en una y el puñal en otra, o bien habiendo perdido el escudo, el puñal en una mano y la lanza en otra (véase mosaico de Bad Kreuznach). A lo largo de los distintos relieves, mosaicos, frescos…que he visto, se representa este puñal con una forma estrecha y alargada, tipo estilete, lo cual encajaría perfectamente en la dinámica de este gladiador, que necesitaría de este tipo de puñal para que pudiera sobresalir del escudo (ver estatuilla del Neues Museum), y quizá, lanzar algún ataque aún con la lanza y escudo empuñados/embrazados.

Mosaico de Bad Kreuznach

Lanza:

Aunque nos han sobrevivido numerosas puntas de lanza tanto de la república como del imperio romano, no podemos atribuir directamente ninguna al contexto gladiatorio, si bien por ejemplo, las encontradas en Pompeya podrían ser perfectamente puntas de lanza empleadas por hoplomacos.

Las referencias que vemos, en frescos y mosaicos, como los que os adjunto, nos dan a entender que son lanzas mas o menos de un tamaño igual o ligeramente superior a la estatura de su portador, y con un hasta bastante fina, lo que significaría bastante ligereza de la misma. El agarre, por lo que parece en algunas estatuillas que se han encontrado, se haría en la parte trasera de la misma, para aprovechar toda la distancia, aunque también tenemos indicios para otro tipo de agarres más avanzados. A lo largo de mi vida de recreador, he probado diferentes agarres, y sin duda, el agarre trasero es el que más me convence, aunque de eso, hablaremos en otro post.


NOTAS:

1Hoy en día en el museo de Vila Giulia

2Séneca el viejo, Controversias, 3·10

3CIL 09 4466

4Bad Kreuznach

5Mañas, A. (2018); Gladiadores: el gran espectáculo de Roma, Ariel Historia, pp.91-94

6Nossov, K (2011); Gladiadores: el espectáculo más sanguinario de Roma, Libsa, pp. 54-56

7Gilbert, F (2020); Gladiateurs: histoire et armement, Historic´one, pp. 47-48

8Lillo, F (2011); Gladiadores: mito y realidad, Evohé Didaksa, pp. 29-30

9Ventura, L & Battaglia, D (2015); De rebus gladiatoris: from the greek gymnasion to the roman ludus , via ancient funeral rites, Ars Dimicandi, pp. 111-122


Imagen de Cabecera: dibujo de Borja Mirón, diseñador gráfico del proyecto.