Lo prometido es deuda, así que aquí está este 4º y último artículo de la serie de los mismos enfocados puramente a la recreación del combate y su contexto. En este caso vamos a hacer un especial sobre qué podemos recrear terminado el combate.

Ya en el artículo anterior se daba un pequeño adelanto, al hablar de la vuelta al ruedo del vencedor con su palma de la victoria (acordaros el tema de la bandejita de plata y el praemium, y si no os acordáis, leedlo aquí), pero eso es centrarse en el vencedor, y no solo el vencedor tiene momento a recrear, el vencido, en el caso de salir indultado, simplemente se va de la arena, bien por su propio pie o bien ayudado pero…en caso de morir en la arena, tenemos unas cuantas cosas que recrear:

Caronte y Mercurio: dos personajes que considero clave (esta temporada tendrán un especial en la web), deberían entrar a la arena por la Porta Libitinensis para comprobar que el muerto esta realmente muerto. Mercurio con un caduceo al rojo vivo, poniéndolo sobre la piel del cadáver, y Caronte con un martillo enorme golpeando la cabeza del difunto1. También se dedicarían a realizar entre ellos alguna suerte de espectáculo cómico que no nos llega muy claro en qué consistía, pero si sabemos que entretenía al público y era demandado.

Harenarii: Unos funcionarios de la arena aparecerían al terminar el espectáculo de Caronte y Mercurio para llevarse el cadáver. Estos funcionarios se ayudarían de una camilla para tal fin, y saldrían de la arena acompañados por Caronte y Mercurio.2

Spoliarium; Literalmente “lugar de los despojos”, y es un nombre bastante descriptivo, pues aquí se quitaba todo el equipo al gladiador para retornárselo al ludus, o incluso para hacer diversos amuletos de ese equipamiento usado por gladiadores3,pero no solo eso, si no que también se le despojaba de su sangre e incluso de órganos como el hígado4. Esto era debido a diversas creencias de que estas partes del gladiador curaban diversas dolencias, como por ejemplo, la epilepsia5. Una vez que al gladiador no quedaba nada que quitarle, se dejaba el cuerpo a disposición de quien lo reclamase, lo que nos lleva al siguiente punto.

Funeral y epitafio: Mucho nos ha llegado a nuestros días de los gladiadores por sus epitafios, donde desde doctores, compañeros de ludus o familia del gladiador le dedican unas bonitas palabras y dejan constancia del merecido epitafio y de quien lo paga, básicamente nos cuentan sus historias, y nos deja claro que tenían funerales. No solo esto, si no que tenemos excavaciones de cementerios de gladiadores, como es el caso del de Éfeso, que cuenta con un estudio forense detallado que nos ha aportado mucho6. No quiero meterme mucho más en este tema, pues es bastante desconocido para mi, pero os dejo el dato, por si queréis seguir tirando del hilo y recrear un funeral gladiatorio.

Tanganas en el público: puede ser un poco locura pero oye ¿y por qué no? (simular la tangana, no crearla de verdad, ojo!). Al igual que en el deporte actual hay partidos con mucha tensión entre aficiones que, por desgracia acaban en enfrentamientos, también pasaba así en la antigua Roma, y aunque no era muy común, tenemos registro de esto en al menos tres ocasiones, pero la de mayor envergadura está doblemente documentada: un fresco pompeyano7 que reproduce un enfrentamiento entre pompeyanos y nocerianos, una cita de Tácito narrando los hechos8 y un edicto de Nerón (bueno, “del Senado”) castigando la trifulca con la suspensión de los juegos gladiatorios en Pompeya durante 10 años

Tercer tiempo: Mi amigo Alfonso me descubrió hace mucho tiempo una cita de Dion Casio, que incluye en su libro9, en esta cita narra como tras las luchas, el propio Nerón dio una fiesta en el propio anfiteatro para celebrar las victorias de esa tarde y la magnífica jornada de juegos gladiatorios.

Y cést fini, amigos. Con esto damos por terminada esta primera serie de 4 artículos para la vuelta a redes. El próximo domingo más, pero en otra línea.

 


1Terrulialo, apologeticum 15·5

2Lillo, F. (2011) Gladiadores, mito y realidad, Evohé Didaksa, Madrid, p.95;
Mañas, A. (2018) Gladiadores, el gran espectáculo de Roma, Ariel Historia, Barcelona, pp.166-167

3Suetonio, Vida de los doce Césares, Claudio, 34·2

4Escribonio Largo, Compositiones 17

5Celio Aureliano, De morbis Acutis, libro I capítulo “de epilepsia”

6JOUR, Kanz, Fabian (2011) Le cimetière des gladiateurs d’Éphèse, L’ArchéoThema n.º 16 pp. 72-75 Fabian, K.; Grossschmidt K.; (200) Dying in the Arena: the Osseous Evidence from Ephesian Gladiators

7El que ilustra esta entrada del blog, precisamente.

8Tácito, Anales, 14·17

9Mañas, A. (2018) Gladiadores, el gran espectáculo de Roma, Ariel Historia, Barcelona, pp. 172-173