Cierto es que a nivel personal, como gladiadores, casi todos habíamos estado ya en Portugal (Braga, Chaves, Vilapouca de Aguiar, Alter do Chao…), pero como Lucius Spiculus, el pasado fin de semana del 17 al 19 de octubre, era la primera vez. Y ha sido una toda una experiencia, aunque no en el sentido que nos imaginábamos: os cuento.
El contacto del evento nos llegó a través de terceros, ya que les preguntaron por gladiadores y nos enviaron a nosotros. Los españoles, recreadores, que estéis leyendo el blog ahora mismo, no hace falta que os resuma como está el tema de la recreación en España, refiriéndome en concreto a la eterna disputa de recreación vs fiesta, y lo laxo que es en muchos sitios el uso del término recreación. No quiero entrar ahora en debates estériles, lo dejo para otra publicación, pero creo que con lo que he dicho, nos entendemos.
Todos aquellos que también han pisado el mundo de los eventos vendidos como de recreación en Portugal, vienen un poco por detrás de lo que se viene viendo en España, en el sentido de que la fiesta es bastante más protagonista, en general, que la recreación o la divulgación (más que en España, me refiero).
Cuando me llamaron para este evento, la argumentación recibida por parte de la organización, sin duda me ilusionó. Queremos marcar una diferencia con otros eventos, es la primera vez que se va a hacer, estamos con presupuesto limitado, por lo que serán pocas personas, pero queremos subir la calidad de lo que se ofrece, que sea respetuoso con la historia, y no un carnaval, además, se hará todo a las puertas del yacimiento de una villa romana. Esta fue la carta de presentación, junto con la mención a que querían convertirlo en un evento bianual. Toda esta información en mi cabeza cocinó una idea rápidamente: ¿y si esto es un Gilena portugués naciendo?
Con esa ilusión nos fuimos, saliendo un viernes a las 22.00 de la noche, con un camino de 6 horas por delante. Madrugamos, a las 9:30 estábamos ya listos para funcionar pero…estaba todo cerrado. Todo. La organización nos dijo que descansásemos hasta las 12:30, pues priorizaban nuestro descanso al inicio de la actividad. Al final eso hicimos, pero aún así, fuimos temprano para el lugar de la recreación. Esto fue lo que nos encontramos.

Tras esperar un poco, jugando al molino (que acertadamente llevamos con nosotros temiendo muchos ratos muertos sin demasiadas opciones de qué hacer), aparecieron los organizadores para indicarnos donde estaba la parcela donde podíamos exponer nuestro material. Aquí la parcela:

La realidad no nos cuadraba con lo que nos habíamos imaginado. El evento en general fue una ruptura de moldes, con lo que nos habíamos imaginado y con lo que estábamos acostumbrado. Obviamente, con lo anunciado por teléfono, nos esperábamos algo más acorde a la época, el evento en general gozaba de muy buenas intenciones pero una mezcla multiépoca bastante curiosa.
Llegado el momento de hacer el entrenamiento, nosotros, a lo nuestro, sacamos nuestro material e hicimos nuestro espectáculo divulgativo, donde el hecho de ser gallegos nos facilitó bastante llegar al público, público, por cierto, muy respetuoso, atento y curioso. Ambos entrenamientos tuvieron éxito en cuanto a respetar el formato que nosotros trabajamos.
Por otra parte, la lucha de la noche, fue un escenario también curioso. Antes de nosotros actuaron unas bailarinas y unos malabaristas, y tras nosotros hubo un espectáculo (el más impresionante que vi hasta la fecha, por cierto) de fuego. De nuevo, nuestras espectativas chocaron. De hecho, en esta ocasión, nuestro formato no se desarrolló conforme a lo que nosotros estamos acostumbrados y en un principio queríamos, ya que ante la ausencia de un segundo micro, el presentador de todos los eventos de la noche, habló traduciéndonos de una manera bastante libre. Lo que yo decía, se escuchaba después bastante decorado. Hablando después con el organizador, que era al mismo tiempo el presentador, nos comentaba que la gente en Portugal estaba acostumbrada al espectáculo tal y como el lo presentaba y que por eso había adaptado/decorado nuestras palabras. No me gusta cuando esto pasa, pero una vez que pasa solo queda aprender para próximas ocasiones. Lo cierto es que también tuvimos la oportunidad de comprobar que los echos pesan mas que las palabras, puesto que la profesionalidad y autenticidad tanto del equipo como de la lucha de mis compañeros Hermes y Apulu, crearon en el público una atmósfera que no acompañaba a las palabras del presentador ni a las reacciones a los otros espectáculos. Supieron respetar el momento de la lucha y el significado de la misma, animando a los gladiadores pero sin proferir burlas ni chanzas de distinto tipo, como cabría esperar.
Dicho esto, y antes de pasar a hablar de las sorpresas para bien, me gustaría aclarar con esmero cierto detalle. Que yo tenga mi forma de trabajar, no implica que no pueda entender y respetar la forma de trabajar de otros. Cada tipo de espectáculo tiene su espacio. La labor de la gente que actuó antes y después de nosotros así como la de los propios organizadores fue excelente, dentro de su campo. Mi discrepancia, como siempre he defendido, es con entender la recreación como fiesta, o la fiesta como recreación. Son cosas compatibles, siempre lo he defendido así, pero no deben mezclarse espacios, que es lo que vengo a comentar en los párrafos anteriores. Esto lo especifico por que no me gustaría, primero, que mis palabras fueran mal entendidas como odio o malestar (son una crítica constructiva, de la que aprender nosotros mismos), o que sirviese esto como punta de lanza para cargar a nivel personal contra la gente con la que trabajamos en el evento.
Dicho lo cual, concluir con buen sabor de boca. El evento también nos sorprendió muchísimo a nivel organizativo: priorizaron nuestro descanso al trabajo que había previamente pactado, se reunieron varias veces con todos los participantes para saber de nuestras necesidades y pactar absolutamente todo lo que se iba hacer (aunque los comos variaron un poco sobre la marcha), nos facilitaron, dentro de sus posibilidades, lo que necesitamos, nos alojaron en un hotel y comida casera de restaurante en abundancia y…lo que más me sorprendió de todo: nos pagaron los gastos por adelantado. A nivel de organización logística es lo mejor que he visto hasta la fecha. Cabe destacar también que ha sido la segunda ocasión en toda la vida de Lucius que tras el evento nos contactan a nivel personal para felicitarnos (no un correo genérico) y agradecernos el trabajo y esto, es un detalle muy a agradecer.
Por otro lado, conocimos a una conservadora de museo de la zona, que estaba implicada en la organización de algunas actividades, junto a un grupo del municipio que se encargaba del recinto arqeuológico de la villa romana que podéis ver aquí, a las espaldas de Apulu y Hermes:

¿Por qué os cuento esto? Porque por su parte, nuestro trabajo fue muy bien valorado, y han salido colaboraciones futuras en la zona, no ya solo con eventos locales (de los que llevamos notas tomadas para nuestro espectáculo en tierras portugesas), si no con museos portugueses. Si se harán realidad o no, el futuro lo determinará, pero sin duda, este tipo de contactos y oportunidades, alegran la vida a uno.
Ad maiora!