Quizá sea el gladiador más nombrado y conocido actualmente, pese a que lo que lo ha hecho famoso, es su rebelión, no su vida como gladiador. No obstante, si su vida, aún estudiándola desde las fuentes clásicas, está a medio camino entre la verdad y la leyenda…no quiero deciros cuán distorsionada ha llegado a nuestros días gracias a Hollywood, ese gran aliado por haber popularizado y creado interés en los gladiadores y al mismo tiempo un gran enemigo por la cantidad de tópicos que ha diseminado.

El objetivo del artículo de hoy es hablaros sobre el Espartaco histórico, y daros la información que las fuentes clásicas nos han dejado sobre él. Para ello me he basado en los estudios del académico Juan Luis Posadas y citas de fuentes clásicas de Plutarco, Floro, Apiano, Varrón y Salustio.

Lo primero que destaca, es la poca información que se tiene del hombre anterior a la rebelión. Sabemos que era de origen Tracio, por lo que nos cuenta Plutarco1(“Espartaco, un tracio de la tribu meda”) y que también nos confirma Apiano2 , que nos añade a esta información que previo a ser gladiador, sirvió como auxiliar de las legiones romanas, de las que desertó, “echándose al monte” cual Curro Jiménez de la antigüedad, para ser posteriormente capturado, vendido como esclavo y convertido en gladiador, información que también nos llega de Floro 3:

“Él, convertido de mercenario tracio en soldado, de soldado en desertor, después en bandolero, luego por gracia de la fuerza física, en gladiador”

También sabemos que fue vendido como esclavo en Roma y que al poco de llegar, alguien que vino con él (posiblemente una familiar) le vaticinó un gran poder y un pésimo final4.

“cuando fue llevado a Roma por primera vez para ser vendido […] Una mujer que era de su misma estirpe, profetisa e inspirada en los misterios dionisíacos, anunció que (ese sueño) era presagio de que en torno a él surgiría un poder grande y terrible que tendría un fin desgraciado”

Siguiendo los estudios de Posadas5 Espartaco sería vendido por su primer dueño al Ludus de Batiato siendo condenado ad ludum de manera injusta (y al parecer, no el único), teoría respaldada por autores clásicos6. Una vez en el ludus, parece ser que habría combatido como murmillo, siendo la única cita7 que nos ha llegado que contempla la categoría en la que podría haber luchado.Del hombre anterior a la rebelión, es todo lo que tenemos.

Tratemos ahora al Espartaco de la rebelión. Todos conocemos su historia de forma general, así que haremos un repaso. Tras su fructífera rebelión en el ludus de Léntulo Batiato en Capua, Espartaco y sus compañeros (74 en total, según Salustio8), comenzaron una revuelta servil que reclutaría a otros como ellos, esclavos y marginados de la sociedad, para su causa, llegando a suponer un verdadero problema tanto para Roma (ataques y batallas victoriosas) como para ellos mismos (problemas logísticos, hambre, y discrepancias internas que provocarían la división del grupo en hasta dos ocasiones). A lo largo de su epopeya dejarían para el recuerdo estratagemas maravillosas como la fuga del Vesubio, donde descendieron el monte por los acantilados que las legiones daban por impracticables, acabando con los legionarios en un ataque nocturno sorpresa, para ser finalmente acorralados por Marco Licinio Craso y Cneo Pompeyo Magno al sur de Italia, tras la traición de los piratas Sicilianos que había acordado transportarlos para sacarlos de aquella encerrona. En la batalla final, muchos de ellos murieron, incluido Espartaco9, y los supervivientes fueron crucificados a ambos lados de la vía Apia entre Capua y Roma, dando por finalizada la rebelión, y comenzando la leyenda.

Para esta pequeña narración he usado la obra de Salustio, “Historias”10. El por qué de esta decisión es sencillo, de todos los que escribieron sobre Espartaco, solo Varrón y Salustio son contemporáneos a la rebelión, y de estos dos, el segundo es el que más referencias nos ha dejado.

Sabemos que era el líder de la rebelión, o al menos el más destacado de los líderes por que así se refieren varios autores clásicos, ero quizá la mejor referencia la hace Salustio11 llamándole “príncipe de los gladiadores fugados”, si bien este príncipe hay que entenderlo como el “princeps” romano, es decir, el primero entre iguales. La determinación de buscar la libertad y sobreponerse a cuantos males les acaeciesen nos queda reflejada en la frase que Salustio12parece querer atribuirle al propio Espartaco que dice así:

“de encontrar resistencia, sería preferible morir por el hierro que por el hambre”

Hasta aquí las fuentes escritas, pero antes de despedirme, como curiosidad, y por explicar la foto de cabecera, me gustaría destacar varias teorías sobre la única fuente arqueológica que hace referencia directa a Espartaco (aunque dependiendo de la teoría, puede ser nuestro Espartaco, o no). Es un grafito en la ciudad de Pompeya (imagen de cabecera) de dos hombres armados a caballo cargando hacia un músico que está tocando. Uno de estos jinetes lleva el nombre Spartaks escrito (Espartaco en lengua osca, que aún se hablaba en la zona de Capua en el momento la rebelión), que según Juan L. Posadas13 está datada del 70 a.C. y hace referencia al Espartaco líder de la rebelión, si bien otros autores como Beard, Pesando, Kolendo, Mañas o Jacobelli14 creen que se trata de un combate de gladiadores a caballo. Yo personalmente, en principio, estaba con Posadas siguiendo la teoría de la navaja de Ockham y apostaba por que el músico está avisando de la llegada de los rebelados para bien prepararse para la defensa o para la huída. No obstante, una charla con Alfonso Mañas, y la reciente adquisición del libro de Jacobelli me hicieron replantearme esta teoría. Para empezar, fijémonos bien en el grafito completo, no solo en la escena de Espartaco:

Imagen de mejor calidad que he conseguido libre de derechos. En el libro de Jacobelli «Gladiators at Pompeii» podéis verla en la página 75. También podéis googlear. El grafito se encontró en la casa de del Sacerdos Amandus,en Pompeya.

 

Si lo observamos en su totalidad, vemos que a la izquierda aparece una pareja de gladiadores. El que aparece representado en negro lleva claramente un subligaculum, y en palabras de Alfonso «nadie va así a una batalla», cosa que tiene una lógica aplastante. Si lo comparamos con otro tipo de representaciones gladiatorias, nos damos cuenta de que el hecho de que aparezcan los nombres sobre las cabezas de los luchadores, es algo bastante común en estas iconografías, lo que sigue sumando puntos a la causa de que represente una escena anfiteatral, más que la batalla que sugiere Posadas. Por otro lado, Jacobelli se hace eco de una teoría que argumenta que quizá pueda ser una representación de la última batalla de Espartaco, llevada al anfiteatro en una suerte de ironía final, ya que aparece siendo herido en el muslo, como nos narra Apiano15  que así sucedió en la batalla final del gladiador rebelde.

 

Para despedirme, una recomendación: Si queréis saber más, podéis leer las “Historias” de Salustio (caítulos III y IV) y el libro de Juan Luis Posadas “La rebelión de Espartaco” de Silex.

 


NOTAS:

 

1Plutarco, Vidas Paralelas, Craso 8·3

2Apiano, Guerras Civiles 1·14·116

3Floro, Epítome de la Historia de Tito Livio 2·8·9

4Plutarco, Vidas Paralelas, Craso 8·4

5Posadas J.L, En busca de la primera fuente sobre Espartaco (2016)

6Plutarco (Plu.Vidas Paralelas, Craso 8) y Marco Terencio Varrón (Varro, Char. I.133 )

7Floro, Epítome de la historia romana de Tito Livio 2·8·12

8Salustio, Historias 3·90

9Salustio, historias 4·41

10Capítulos III y IV que narran de forma extensa y detallada la rebelión.

11Op.cit.

12Salustio, Historias 3·93

13Posadas, J. L. (2015). Espartaco en la arqueología. Panta Rei. Revista Digital de Ciencia y Didáctica de la Historia, 43-49.

14Beard, 2009, p. 67 / Pesando y Guidobaldi, 2006 / Kolendo, 1980 / Mañas, 2013 pp. 78-79/ Jacobelli, 2003 pp.7-76 

15 Apiano, Bellum civile 1.120.557


Imagen de cabecera: Grafiti de Pompeya que hace referencia a «Spartaks».